El Llamado en la Pesca Milagrosa (Santa Biblia)

En el presente artículo conocerás todo sobre lo relacionado sobre la pesca milagrosa la cual se ha visto reflejada en distintos contextos, una antes (San Lucas 5:1 a 11) y otra después (San Lucas 21:1 a 14) de la resurrección de Jesucristo, aunque el más destacado y recordado fue en el primero, cabe mencionar que ambos tuvieron lugar en el mar de Galilea o también llamada como el mar de Tiberiades.

la pesca milagrosa

La pesca milagrosa

La pesca milagrosa es actualmente el nombre usualmente utilizado para narrar dos episodios evangélicos, que mayormente ahora se tratan como un tema de arte cristiano. Dichas pescas son milagros del propio Jesucristo las cuales sucedieron en diferentes contextos ya que uno fue antes de la resurrección de Jesucristo y la otra sucedió justo después. La primera pesca milagrosa se relata en el Evangelio de Lucas (5:1-11), esto en conjunto con la vocación de los apóstoles Pedro, Santiago y por supuesto Juan a los que se dice «desde ahora seréis pescadores de hombres«.

En cuanto a la segunda que fue en el Evangelio de Juan (21:1-14), se habla y describe un numero especifico de peces 153 para ser exactos, mientras que se indica que uno de los apóstoles, concretamente Pedro, se arrojo casi de inmediato al agua con su ropa puesta y todo en cuanto Juan le advirtió «es el Señor», con esto quiso dar a entender de que Dios les estaba indicando el lugar perfecto donde pescar, en ese momento hacen referencia a siete pescadores que son los tres antes mencionados junto a Tomás el Dídimo, Natanael de Galilea y dos más que no son nombrados.

Cabe recalcar que ambos episodios suceden en el mar de Galilea o de Tiberiades, y ambos consisten en que los apóstoles (que son pescadores) están tranquilamente intentando pescar algo pero su suerte no era la que esperaban tener, por lo que estaban a punto de darse por vencidos pero en ese momento el propio  Jesús les incita a arrojar por última vez más las redes.

la pesca milagrosa

Ellos con más nada que perder lo hacen y para su grata sorpresa salieron cientos de peces al sacar las redes del agua, era la mejor pesca que habían conseguido en años, ni ellos mismo se lo podían creer por lo que desde ese momento representan y manifiestan toda su fe hacia Jesús.

El llamado en la Pesca Milagrosa

En aquellos tiempos todas las personas al ver a Jesús casi de inmediato iban tras él y se apretaban alrededor para poder tener el gran privilegio de escuchar la palabra del mismo Dios lo cual era muy común suceder en las orillas del lago Genezaret. Un día Jesús observó que habían dos barcas amarradas justo a la orilla de dicho lago, y los pescadores y dueños de dichas barcas habían bajado un momento para poder lavar sus redes.

Jesús no pudo evitar y se acerco a saludarlos, aunque ese no era lo único que tenía en mente hacer, al acercarse se subió a una de las barcas la cual era la de Simón y le pidió a todos respetuosamente si se podían apartar un poco de la orilla, acto siguiente procedió a sentarse en la barca y a enseñar a la multitud, cuando este culmino casi de inmediato establece un pequeño dialogo con Simón:

J: «Lleva la barca a la parte más honda y echa redes para pescar».

S: «Maestro hemos trabajado toda la noche sin pescar nada, pero sobre tu palabra echaré las redes»

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Simón y otro de los apóstoles cumplieron las ordenes que Jesús le había encomendado hacer por lo que llevaron la barca a la parte más honda de dicho lago y al echar las redes pescaron una cantidad de peces increíble, tal era la magnitud que las mismas redes se rompían por no soportar el peso de todos esos peces por lo que tuvieron que pedir a señas a sus demás compañeros que andaban en la otra barca que fueran a ayudarlos.

Sin pensarlo dos veces ellos fueron y en menos de lo que esperaban llenaron por completo las dos barcas hasta el punto de hundirse, al ver lo que sucedió Simón se postro a los pies de Jesús diciendo al mismo que se apartara ya que él hasta sentía vergüenza de estar en el mismo lugar que Nuestro Señor Jesús por lo que este le respondió a sus palabras.

S: «Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador»

J: «No temas, de hoy en adelante serás pescador de hombres»

Tanto Simón como sus compañeros quedaron sin palabras al lo que había sucedido, acto seguido llevaron con mucho esfuerzo las barcas repletas de peces a tierra y decidieron seguir a Jesús. Todo esto está reflejado en San Lucas 5, 1 a 11.

Mar Adentro

En el momento de que Jesús le da la orden a Simón de ir a lo más hondo a pesar de que en toda la noche no habían pescado nada, de alguna manera lo estaba invitando a buscar un horizonte mucho más grande, o en mejores palabras toda vocación es un llamado para ir «mar adentro», para de esta forma poder desprenderse del pequeño horizonte que estamos viviendo en nuestra vida ordinaria, y así comprometerse en una obra grandiosa.

La confianza en la palabra de Jesús

En cuanto a las palabras de Jesús, cuando este le dice a Simón lo de volver a echar las redes al agua, su mente le dice que no lo haga ya que si en toda la noche no pescaron absolutamente nada porque aquí seria la excepción, pero por alguna razón Simón pone arriba de su experiencia la sabiduría del Maestro, mientras que a su vez está poniendo su confianza en él.

Con esto nos quiere decir que la vocación pide confianza en la palabra de Cristo, y que aunque dicha palabra pueda parecer ilógica y desconcertante, la cosa es arriesgarnos a lo que Jesús nos llama aunque las posibilidades del éxito sean pocas, pero siempre hay que recordar que el Maestro saber mejor que nadie lo que hace y de alguna forma con su omnipotencia hace triunfar el proyecto de la vocación.

Sobreponerse al temor

En el momento que Jesús le dice a Simón que «no temas» es porque no quiere que se aleje de él por temor, ya que si tuvo la audacia de creer en las palabras de Nuestro Señor ahora deberá de tener esa misma audacia para estar al lado de Jesús fiándose de su palabra alentadora.

En la vocación, esto nos quiere decir que Cristo no quita a nadie su realidad de pecador, pero el si es capaz de brindarnos la fuerza de corresponder al llamamiento a pesar de todos nuestro anteriores pecados ya cometidos, por nuestras faltas en el pasado y aun en el presente nuestra indignidad hacia ello, es por eso que él nos ayuda a sobreponernos a nuestros temores de la debilidad humana ofreciéndonos su seguridad y garantía de que nuestro ideal de la vocación puede cumplirse pero es nuestra decisión si aprovechar la oportunidad o no.

Dejaron todo para seguir a Cristo

Al final del relato se menciona que al final «dejaron todo y siguieron a Jesús», esto dejando también la milagrosa pesca que habían conseguido aquel día, esto se debe a que en ese momento comprendieron de que Jesús vale mucho más que esas dos barcas repleta de peces que el mismo les había conseguido junto a las palabras que le dijo a Simón antes de retirarse con los demás, ya que le dijo  «En adelante serás pescador de hombres».

Esto quiere decir de que todos aquellos que están destinados a ser pescadores de hombres, además de Simón los demás también estaban plenamente invitados a dejarlo todo para hacer una obra más importante, la salvación de la humanidad. Con esto nos quiere dar a entender que debemos de desprendernos completamente del mundo si queremos alcanzar el objetivo del apego total a Nuestro Salvador. Mientras que también nos deja en claro que una obra divina es capaz de sobrepasar por mucho a todo aquel oficio, carrera o hasta profesión por lo que la vocación a su vez en una invitación hacia un trabajo milagroso.

Si el artículo te ha gustado y ha parecido interesante te invitamos a que le des un pequeño vistazo a estos otros milagros hechos de Nuestro Señor Jesucristo, los cuales te han de llamar la atención, junto a algunas oraciones para aquellos momentos difíciles en las cuales necesitas de un milagro.

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