El Edicto de Milán, es una declaración de libertad religiosa que llegó a ser firmada por los emperadores del Imperio Romano en el año 313, dicho documento da por terminada la persecución a todos los cristianos dentro del imperio. En el siguiente artículo conoceremos todo lo relacionado con este tema.
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Edicto de Milán
El Edicto de Milán que en el idioma latín, “Edictum Mediolanense”, es conocido de la misma manera como La tolerancia del cristianismo, el cual llegó a ser promulgado en las regiones de Milán en el año 313 y en el se llegaba a establecer la libertad de religión en el Imperio Romano, dando como resultado el fin de las persecuciones que eran dirigidas por las autoridades contra algunos grupos religiosos, particularmente a los cristianos.
El edicto llegó a ser firmado por el emperador Constantino I el Grande y Licinio, los dirigentes de los imperios romanos de las regiones del Occidente y del Oriente, respectivamente. En el momento de lo que fue la promulgación del edicto, había en el Imperio cerca de aproximadamente unas 1.500 sedes episcopales y por lo menos al menos de unos 5 a 7 millones de habitantes de los 50 que llegaban a componer lo que es el imperio los cuales profesaban el cristianismo.
Luego de la aprobación, de los mismos se llegó a originar lo que fue la etapa conocida por todos los historiadores cristianos como lo llegó a ser la Paz de la Iglesia.
Celebramos este mismo año el décimo séptimo (17) aniversario del decreto por el que todos los cristianos pudieron llegar a vivir, sin tener que dejar de ser cristianos. Los emperadores Licinio y Constantino fueron los que daban ese denominado “Edicto de Milán”, uno para las regiones del Oriente y el otro para las regiones de Occidente, y con él, los cristianos irían ascendiendo en lo que es la escala de los cargos en el Imperio.
De hecho, uno de los mismos emperadores que llegaron a conceder el decreto al que nos estamos refiriendo, terminó siendo cristiano y también concediendo a la Iglesia algunas tantas donaciones que llegarían a ser los cimientos del poder temporal que en los años pasados tendría la Iglesia.
Su misma madre que llega a figurar entre todos los santos, quien es santa Elena, llegaría a ser una de las personas que iban a ejercer su influjo para que en unos años pasados, la religión que fue perseguida en lo que era un intento de ahogarla en sangre, terminara siendo la única opción religiosa que llegaban a dar a sus súbditos los mismos emperadores.
Nos estamos refiriendo a lo que fue el decreto “Cunctos Populos” con el que el emperador Teodosio llegaba a declarar a la Iglesia Católica como la única religión que podía llegar a ser seguida en los dominios del imperio. En unos 3 siglos se había llegado a pasar de ser una religión proscrita, a ser la única que estaba siendo apoyada desde el poder civil mismo, hasta el punto de quedar prohibidas todas las demás.
Antecedentes
Antes, en el año 311 el Emperador Galerio había llegado a emitir en la ciudad una clase de edicto que llegó a ser conocido como el Edicto de la Tolerancia de Nicomedia. Por lo que se preguntará ¿Qué es un edicto? en estos o en este se llegaba a conceder la indulgencia a todos los cristianos y se les llegaría a reconocer su existencia legal y también la libertad para poder llegar a celebrar reuniones y construir los templos para su Dios, por lo que la persecución de los mismos iba a finalizar.
Habiendo una vez recibido esta clase de indulgencia, ellos habrán de llegar a orar a su Dios por nuestra seguridad, por la de la República, y también por la propia, que la república siga intacta, y para que todos ellos puedan llegar a vivir tranquilamente en sus hogares.
Características
El edicto o constitución imperial llegó a ser aprobado entre otra de las serie de medidas que fueron tomadas en conjunto por los mismos emperadores romanos de Oriente y del Occidente en el mes de junio del año 313. En este se llegaba a establecer lo siguiente:
Siendo advertido desde hace tiempo que no se debe prohibir la libertad de religión, sino que se debe permitir el arbitrio y a la libertad de cada cual se lleguen a ejercitar en las cosas las divinas conforme al parecer de su alma, por lo que hemos sancionado que, tanto todos los otros, cuanto los cristianos, lleguen a conservar la fe y la observancia de su secta y de su religión que a los cristianos y también a todos los demás se les conceda la libre facultad de llegar a seguir la religión que a bien tengan.
A fin de que quienquiera que llegase a ser el numen divino y el celestial pueda ser propicio a nosotros y también a todos los que habitan bajo nuestro imperio. De esa manera, pues, hemos llegado a promulgar con una saludable y un rectísimo criterio esta clase de voluntad nuestra, para que a ninguno se llegue a negar en lo absoluto a la licencia de seguir o de poder elegir la observancia y la religión cristiana.
Consecuencias
El edicto de Milán no solamente llegó a significar el reconocimiento oficial de todos los cristianos, sino que también fue el que trajo como consecuencia los profundos cambios dentro del Imperio romano, como también el inicio de la expansión de la Iglesia. La aplicación del edicto fue lo que devolvió a todos los cristianos sus antiguos lugares de reunión y también su culto, de esa manera como las otras propiedades que habían llegado a ser confiscadas por todas las autoridades romanas y las llegaban a vender a personas particulares.
Las propiedades habrán de llegar a ser devueltas a todos los cristianos sin llegar a exigir pago o recompensa de ninguna clase, y sin llegar a admitir ningún tipo de fraude o de engaño. Esto le llegó a brindar al cristianismo un tipo de estatus de legitimidad junto con la religión romana, y en ese efecto, fue lo que depuso a esta última como una clase de religión oficial del imperio romano y de todos sus ejércitos.
Libertad Religiosa en el Concilio Vaticano II
A los 50 años del Concilio llegamos a hacer referencia a uno de sus documentos, el cual se encuentra relacionado con el tema y que continúa siendo producido como “resquemor” en muchos. Nos estamos refiriendo a la denominada Declaración “Dinitatis Humanae”.
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