El Concilio de Nicea, se trata de una especie de comisión o como su nombre lo indica un Concilio entre 318 obispos junto con el emperador Constantino, los cuales sancionaron a todos los que estaba en contra de la creencia de que Jesús no era Dios ni hijo de Dios. Por lo que en el siguiente artículo conocerás todo lo referente a qué fue lo que pasó con este concilio y por qué motivo fue creado.
Indice De Contenido
I Concilio de Nicea
El Concilio Ecuménico I de Nicea o también llamado el Primer Concilio Ecuménico fue Convocado por el emperador Constantino el Grande contra todos los arrianos. El mismo tuvo lugar en las regiones de Nicea en el año 325 con la asistencia de 318 obispos.
Causas del Concilio
Una vez reunido el emperador Constantino en el transcurso del pontificado de San Silvestre. Contra lo que en ese tiempo era el arrianismo. Definió la consubstancialidad del Verbo, que fue extensamente defendida por Atanasio, el diácono de Alejandría; lo cual sancionó los privilegios de las 3 sedes patriarcales de:
- Roma
- Alejandría
- Antioquía
Y llegó a extender a toda la Iglesia lo que fue la costumbre romana concertando la fecha de la celebración de la Pascua. El Verbo llega a ser el verdadero Hijo de Dios, de la misma substancia del Padre, y por lo tanto él es el verdadero Dios.
Controversia Arriana
Arrio en todo momento negaba la divinidad del Hijo, a la cual denominaba “consubstancial” al Padre. Si Jesús llegó a nacer, hubo en ese entonces un tiempo en el que no existía. Si Él se convierte en Dios, hubo un tiempo entonces en que no lo llegó a ser. El Concilio declaró las enseñanzas de este hombre llamado Arrio como una especie de herejía inaceptable para la Iglesia y lo cual decretó que Cristo es Dios, siendo de la misma esencia con el Dios el Padre.
El Credo
La primera parte de los 7 artículos del Credo llegó a ser ratificado en este Primer Concilio de Nicea Ecuménico el cual quedó de la siguiente manera: Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos. Luz de luz; Dios verdadero de Dios verdadero; nacido, no hecho; consubstancial al Padre, por quien todo fue hecho.
Que por nosotros los hombres y por nuestra salvación descendió de los cielos y se encarnó del Espíritu Santo y de María Virgen, y se hizo hombre. Fue crucificado bajo Poncio Pilato, padeció y fue sepultado. Resucitó al tercer día, según las escrituras; y subió a los cielos, y está sentado a la derecha del Padre; y otra vez ha de venir con gloria a juzgar a vivos y a muertos; y su reino no tendrá fin.
Este Concilio llegó a sancionar todos los privilegios de las 3 sedes patriarcales de Roma, Alejandría y Antioquía, y también fue la que extendió a toda la Iglesia la costumbre romana, decidiendo la fecha de la celebración de la Pascua.
El Símbolo Niceno
Entre los símbolos Niceno se encuentran 2 clases que son: 1 en la versión del Texto Griego y el otro en la Versión de Hilario de Poitiers. Los cuáles se encuentran de la siguiente manera:
- Versión sobre el Texto Griego
“Creemos fielmente en 1 solo Dios Padre omnipotente, el creador de todas las cosas, de las visibles y también de las invisibles; y en un solo Señor quien es el señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido como el unigénito del Padre, esto quiere decir, de la sustancia del Padre, el Dios de Dios, luz de luz, el Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, el cual es consustancial al Padre, por quien todas las cosas llegaron a ser hechas, las que hay en el cielo y las que existen en la tierra.
Que por todos nosotros los hombres y también por nuestra salvación llegó a descender y se encarnó, el cual se hizo hombre, que padeció, y también resucitó al tercer día, subiendo a los cielos, y ha de venir a llegar a juzgar a los vivos y también a los muertos. Y en el Espíritu Santo. Mas a los que afirman: Hubo un periodo en que no llegó a ser y que antes de ser engendrado no fue, y que fue hecho de la nada, o los que llegan a decir que es de otra hipóstasis o de otra sustancia o que el Hijo de Dios llega a ser cambiable o que es mudable, los anatematiza la Iglesia Católica”.
- Versión de Hilario de Poitiers
“Creemos en 1 solo Dios, el Padre omnipotente, el hacedor de todas las cosas que son visibles y también las invisibles. Y en 1 solo Señor nuestro Jesucristo el Hijo de Dios, el cual es nacido unigénito del Padre, esto es, de la sustancia del propio Padre, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, nacido, no hecho, de una sola sustancia con el Padre (lo que en el idioma griego se denomina como Homousion), por quien han llegado a ser hechas todas las cosas, las que existen en el cielo y también en la tierra, que bajó desde su trono santo por nuestra salvación, el cual se encarnó y se hizo hombre, padeció y llegó a resucitar al tercer día, subió a los cielos y ha de llegar a venir a juzgar a los vivos y a todos los muertos. Y en el Espíritu Santo.
A todos aquellos, empero, que llegan a decir: “Hubo un tiempo en que no fue” y: “Antes de nacer, no era”, y: “Que de lo no existente fue hecho o de otra subsistencia o esencia”, a los que llegan a decir que “El Hijo de Dios es variable o mudable”, a éstos los anatematiza por completo la Iglesia Católica y también la Apostólica”.
Del Bautismo de los Herejes y del Viático de los Moribundos
El Canon 8: Sobre los que antes se llamaban a sí mismos como kátharos o puros, esto quiere decir, los novacianos, sin embargo, que se acercan a la Iglesia Católica y a la Apostólica, plugo al santo y grande Concilio que, puesto que llegaron a recibir la imposición de manos, lleguen a permanecer en el clero.
Sin embargo, ante todo conviene que rimero confiesen por escrito que van a aceptar y seguirán todos los decretos de la Iglesia Católica y de la iglesia Apostólica, esto quiere decir, que no negarán la reconciliación a los desposados en las segundas nupcias y a los lapsos caídos en la persecución.
Canon 19: Sobre los que llegaron a ser los paulianistas y después se refugiaron en la Iglesia Católica, se llegó a promulgar el decreto que lleguen a ser rebautizados de todo punto; y si algunos en el tiempo anterior llegaron a pertenecer al clero, si aparecieren irreprochables y también irreprensibles, luego de ser rebautizados, le sean impuestas las manos por el obispo de la Iglesia Católica.
Canon 13: Acerca de los que se encuentran para salir de este mundo, se guardará igualmente ahora la antigua ley canónica, a conocer: que, si alguno va a salir de este mundo, no se le llegue a privar del último y más necesario viático. Sin embargo, si después de estar en un estado desesperado y llegar a haber obtenido la comunión, nuevamente volviere de entre los vivos, póngase entre los que solamente participan de la oración.
Sin embargo, de manera general y acerca de cualquiera que llegue a salir de este mundo, si pide participar de la Eucaristía, el obispo, luego del examen, debe de dársela (en una versión latina significa hágale partícipe de la ofrenda).
Defensores de la Ortodoxia
Los mayores defensores de la Ortodoxia llegaron a ser San Atanasio el Grande y también San Basilio el Grande. San Atanasio (nacido en el año 297 y fallece en el año 373) el Padre de la Iglesia, llegó a ser un valiente campeón de la Ortodoxia. Pasó unos 17 de sus 45 años como Obispo de Alejandría, en el exilio.
San Basilio (nacido en el año 330 y que muere en el año 379) tenía un instinto natural de dirigente y de organizador. Este fue el que habló y escribió sobre el arrianismo. Llegó a ser el fundador de los hospitales y de los orfanatos, entre otras cosas. También llegó a revisar y puso al día la Divina Liturgia.
Fue el hombre que contribuyó grandemente al Monacato (Este y Oeste) y llegó a ser uno de los famosos Padres de la Capadocia (junto con San Gregorio de Nisa, quien era su hermano menor, y San Gregorio Nacianceno, el gran Teólogo, quien era su íntimo amigo). Los Capadocios, junto a San Atanasio el Grande, llegaron a trazar lo que es el modelo para llegar a expresar las doctrinas referentes a lo que es el misterio de la Santa Trinidad.
Los Tres Jerarcas
San Basilio, San Gregorio Nacianceno y también San Juan Crisóstomo llegaron a ser denominados como los Tres Jerarcas.
Convocatoria
El emperador Constantino I había llegado a dar muestras de sus simpatías por las creencias del cristianismo mediante lo que fue el Edicto de Milán del año 313, por el cual en conjunto a Licinio reconoció a todos los cristianos la plena libertad para poder reunirse y llegar a practicar su culto sin miedo a llegar a sufrir persecuciones. Años posteriores se llegó a enfrentar a Licinio, que llegaba a dominar a la parte oriental del Imperio romano, y al que lo derrotó en el año 323.
Constantino llegaba a ser consciente de las numerosas clases de divisiones que llegaban a existir en el seno del cristianismo, por lo que, siguiendo todas las recomendaciones de un sínodo el cual se encuentra dirigido por Osio de Córdoba en ese mismo año, el cual decidió llegar a convocar un tipo de concilio ecuménico de obispos en la misma ciudad de Nicea, en donde se encontraba ubicado el palacio imperial de verano.
El propósito de este tipo de concilio era el llegar a establecer la paz religiosa y construir lo que es la unidad de la Iglesia cristiana. Uno de los propósitos del concilio de Nicea llegó para resolver los desacuerdos que surgieran dentro de la Iglesia de Alejandría sobre lo que es la naturaleza del Hijo en su relación con el Padre:
En lo particular, si llega a ser el Hijo había llegado a ser “engendrado” por el Padre desde su propio ser, y también por lo tanto no llegaba a tener principio, o bien creado de la nada, y por lo tanto llegaba a tener un principio. Alejandro de Alejandría y su discípulo y el sucesor de Atanasio de Alejandría llegaron a tomar la primera posición, entre tanto que el popular presbítero Arrio, de quien llega a proceder el término arrianismo, fue el que tomó la segunda.
En aquellos momentos esa llegaba a ser la cuestión principal que solía dividir a los cristianos. Alejandro y también Atanasio eran los que defendían que Jesús tenía una naturaleza doble, que consistía en la humana y en la divina, y que por lo tanto Cristo era verdadero Dios y verdadero hombre; en cambio, en el caso de Arrio y del obispo Eusebio de Nicomedia llegaban a afirmar que Cristo había llegado a ser la primera creación de Dios antes del inicio de todos los tiempos, sin embargo, habiendo sido creado, no era el Dios mismo.
Asistentes
Este llegó a ser el primer concilio general de la historia de la Iglesia si no se llega a tener en cuenta como concilio el denominado concilio de Jerusalén del siglo I, que había llegado a reunir a Pablo de Tarso y a todos sus colaboradores más allegados con los apóstoles de Jerusalén que estaba dirigido por el apóstol Pedro y Santiago el Justo.
El emperador Constantino llegó a invitar a unos 1.800 obispos de las cuales cuyas sedes se encuentran dentro del Imperio romano (cerca de unos 1.000 en el Oriente y otros 800 en la parte occidental del Imperio), sin embargo, solo un pequeño y muy desconocido número de ellos fue el que asistió.
Unos 3 obispos que estuvieron en el concilio llegaron a dejar estimaciones distintas: Eusebio de Cesarea el cual contó más de 250, Atanasio de Alejandría que contó 318 y también Eustacio de Antioquía los estimó en aproximadamente unos 270. Posteriormente, Sócrates de Constantinopla llegó a registrar más de 300 y Evagrio de Antioquía, Hilario de Poitiers, Jerónimo, Dionisio el Exiguo, y Rufino de Aquilea llegaron a registrar 318.
Este número llega a ser preservado en las liturgias de las Iglesias ortodoxas y también de la Iglesia ortodoxa copta. La mayoría de los obispos llegaban a ser orientales, si bien ellos participaron de la misma manera unos 2 representantes del papa Silvestre I. Igualmente llegó a estar presente Arrio y algunos de los pocos defensores de sus posiciones teológicas. La posición contraria a este hombre llamado Arrio fue defendida, entre los otros, por el mismo Alejandro de Alejandría y por su joven colaborador, llamado Atanasio de Alejandría.
Resoluciones
A pesar de su clase de simpatía por Arrio, Eusebio de Cesarea se llegó a adherir a las decisiones del concilio, llegando a aceptar todo el credo. El número inicial de los obispos que llegaban a apoyar a Arrio era muy escaso. Luego de un mes de discusión, el día 19 de junio, solamente llegaban a quedar unos 2 quienes eran: Theonas de Marmárica en Libia y el 2do de Ptolemais. Maris de Calcedonia, que inicialmente llegó a apoyar el arrianismo, y que aceptó el credo por completo.
De la misma manera que Eusebio de Nicomedia, Theognis de Niza igualmente estuvo de acuerdo, excepto por algunas afirmaciones. El concilio se llegó a pronunciar entonces en contra de los arrianos por una abrumadora mayoría, pues solo Theonas y Segundo fueron los que rechazaron firmar el símbolo niceno y también fueron los que junto con Arrio fueron desterrados a Iliria y excomulgados.
Otro resultado del mismo concilio de Nicea fue un tipo de acuerdo referente a cuándo celebrar la Pascua, la fiesta más importante del calendario eclesiástico, llegó a ser decretada en una epístola a la Iglesia de Alejandría en la que se llega a afirmar simplemente:
También les enviamos las buenas nuevas del arreglo que concerniente a la santa Pascua, esto quiere decir, que en respuesta a sus oraciones esta pregunta igualmente ha llegado a ser resuelta. Todos los hermanos del Oriente que han continuado siguiendo hasta ahora la práctica judía podrá observar desde ahora la costumbre de los romanos y también de ustedes mismos y de todos los que desde la antigüedad han llegado a celebrar la Pascua con ustedes.
Cánones
El concilio de Nicea llegó a promulgar unas 20 nuevas leyes de la Iglesia, denominadas “cánones” (aunque el número exacto se encuentra sujeto a debate), esto quiere decir, reglas de disciplina inmutables las cuáles son las siguientes:
- Canon 1:
Sobre la admisión, el apoyo o la expulsión de los clérigos castrados por la elección o por la violencia (Esta es la prohibición de la autocastración).
- Canon 2:
Son las reglas que deben de llegar a observarse para la ordenación de los catecúmenos que son conversos siempre evitando la prisa excesiva, y también la deposición de los culpables de una falta grave.
- Canon 3:
La Prohibición a todos los miembros del clero de llegar a morar con cualquier mujer, a excepción de una madre, una hermana o incluso una tía.
- Canon 4:
Con respecto a las elecciones episcopales la ordenación de un obispo debe de llegar a ser realizada por todos los obispos de la provincia, sin embargo, en caso de una urgencia por al menos unos 3 obispos. La confirmación debe de ser por el obispo metropolitano.
- Canon 5:
Esta es con respecto a la excomunión.
- Canon 6:
El Prevalecimiento de las costumbres antiguas de la jurisdicción del obispo de Alejandría en las regiones de Egipto, de Libia y también de Pentápolis, lo mismo que las del obispo de Roma, el de las áreas de Antioquía y los demás de las otras provincias. No se deben de llegar a nombrar obispos sin el consentimiento del metropolitano.
- Canon 7:
La Confirmación del derecho de todos los obispos de Jerusalén a poder disfrutar de algunos tipos de honores, siempre reconociéndole el segundo lugar en su provincia luego del de Cesárea.
- Canon 8:
Este es con respecto a la readmisión de novacianos.
- Canon 9:
Quienquiera que llegue a ser ordenado sin un examen, será depuesto si se llegase a descubrir posteriormente que había sido culpable.
- Canon 10:
Los lapsis que han llegado a ser ordenados a sabiendas o los subrepticiamente deben de llegar a ser excluidos tan pronto como se les conozca su irregularidad.
- Canon 11:
Este es sobre la Penitencia a llegar a imponer a los apóstatas de la persecución de Licinio.
- Canon 12:
Este es con respecto a la Penitencia que se impondrá a todos aquellos que llegaron a apoyar a Licinio en su guerra contra todos los cristianos.
- Canon 13:
Es sobre la Indulgencia a llegar a conceder a las personas que sean excomulgadas en peligro de muerte.
- Canon 14:
Es sobre la Penitencia a todos los catecúmenos que llegaron a apostatar bajo persecución.
- Canon 15:
Los obispos, al igual que los sacerdotes y también los diáconos no deben de pasar de una Iglesia a otra y deben de ser devueltos si lo intentan.
- Canon 16:
A todos los aquellos clérigos desde este momento se les prohíbe salir de su iglesia. La Prohibición formal para los obispos de llegar a ordenar para su diócesis a un clérigo que sea perteneciente a otra diócesis.
- Canon 17:
A los clérigos se les prohíbe desde este momento prestar a interés.
- Canon 18:
Recuerda a todos los diáconos su posición subordinada con respecto a la de los sacerdotes. No administrarán lo que es la Eucaristía a presbíteros, ni tampoco la tocarán delante de ellos, ni siquiera se sentarán entre los presbíteros.
- Canon 19:
Los paulianistas (estos son los partidarios de Pablo de Samósata) deben de llegar a ser rebautizados y las diaconisas ser contadas entre los laicos.
- Canon 20:
Los días domingos y en el día del Pentecostés todos deben de orar de pie y no arrodillados.
El Papel de Constantino en el Concilio
Constantino I, aunque llegaba a simpatizar con los cristianos, de acuerdo a la tradición no recibió el bautismo hasta que se encontró en su lecho de muerte. No obstante, aparentemente ya se había llegado a convertir al cristianismo luego de su victoria militar sobre Majencio en el año 312, ya que había llegado a invocar al Señor Dios de los cristianos antes de irse a la batalla. Por ello fue que interpretó su victoria como los indicios de la superioridad del Dios cristiano, a pesar de que se guardó de compartir esta clase de interpretación con sus tropas.
La visión que presenta Eusebio de Cesarea en lo que es su obra “Vida de Constantino” el emperador llegando a participar e influyendo de manera activa en el desarrollo del concilio. No obstante, el autor J. M. Sansterre, en su obra de Eusebio de Cesarea y también el nacimiento de la teoría cesaropapista, ha llegado a rebatir esta clase de posición, siempre señalando que la actuación del emperador Constantino llegó a ser respetuosa de los temas que eran de una competencia estricta de los padres conciliares.
Esto se llega a ver reforzado por todos los artículos de la Enciclopedia Católica, que llegan a sostener que el emperador Constantino I nunca pudo llegar a influir sobre los temas teologales, ya que su formación a este tipo de respecto era nula prácticamente.
Por el contrario, llega a sostener la misma fuente, que el emperador Constantino I se encargó de llegar a dar el marco físico y también el político al concilio, con el fin de llegar a evitar que los disensos dogmáticos (mejor conocido como las herejías) los cuales pudiesen llegara desembocar de hecho en una fractura política del Imperio de ese tiempo.
Consecuencias
Luego de que el Concilio de Nicea realizara los debates sobre la controversia cristológica los mismos continuaron por largas décadas y el propio Constantino I y todos sus sucesores fueron alternando su apoyo entre los arrianos y también los partidarios de las resoluciones de Nicea.
Finalmente, el emperador Teodosio fue el que estableció el credo del concilio de Nicea como la principal norma para su dominio y llegó a ser el que convocó el Concilio de Constantinopla en el año 381 para llegar a aclarar la fórmula. Aquel tipo de concilio llegó a acordar poner al Espíritu Santo en el mismo nivel de Dios y también de Cristo y comenzó a perfilarse la doctrina trinitaria.
Los únicos libros que fueron declarados heréticos por este mismo concilio llegaron a ser escritos por los doctrinales arrianos, de los cuales cuyos ejemplares fueron quemados tras el concilio. El emperador llegó a establecer un decretó de pena capital para todos aquellos quienes conservaran dichos libros, sin embargo, no existe la constancia de que se produjeran una gran cantidad de muertes por esto.
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