¿Qué significa el Fiat de la Santa Virgen María?

En el artículo de hoy hablaremos de un tema que ha influenciado por completo a toda la humanidad, indiferentemente de tu orientación religiosa y tu nivel de creencia. Nos referimos al Fiat de la Santa Virgen María. Un acontecimiento que marcó un antes y un después en nuestras vidas, ya que gracias a esa decisión de la virgen, el espíritu santo pudo utilizar el cuerpo de María como recipiente para el nacimiento de Jesús. Pero además, implicó que se instaurara la navidad entre muchas otras cosas. Entérate aquí de su significado e influencia.

el fiat de maría

¿Qué Significa Fiat de María?

Gracias a los sagrados escritos evangélicos hoy en día tenemos información relacionada a cómo ocurrieron los hechos. Por ejemplo, en el evangelio según San Lucas (1;24-38) podemos leer lo siguiente:

«María comenta: – ¿Cómo es posible eso, si soy virgen?

El Ángel Gabriel dice: – Lo que ocurre es que el espíritu santo descenderá sobre ti y gracias al poder del altísimo serás cubierta con su sombra; gracias a esto, el niño que luego nacerá de tu vientre será conocido como el verdadero hijo de Dios. Además, Isabel tu pariente también se encuentra esperando un hijo a pesar de su entrada edad y aunque ya no podía tener familia. Ya está en el sexto mes de embarazo. Esto es gracias a que para dios no hay nada que sea imposible.

María dice: – Yo soy la fiel servidora de dios, que se haga su voluntad en mí tal como has dicho.

Luego de esto, el ángel partió«.

El significado de la palabra Fiat es «Hágase» aunque también se puede traducir como «Dar Conocimiento». Se dice el Fiat de María porque fue la respuesta que le dio al ángel como ya pudimos ver. Le comenta que está a disposición y voluntad del señor indicado «que se haga como sea la voluntad de dios». Ahí se demuestra que está dispuesta a obrar según las disposiciones de dios, pero hay que hacer énfasis en lo siguiente: el hecho de que haya bajado en ángel a hablar con ella no significa que hubiera sido una orden o un mandato.

Dios permitió que María tuviera poder de elección, es decir; bajo su libre albedrío. Esto último es lo que hace tan relevante la acción de María en las escrituras, haciendo eco aún en nuestros días y lo más probable; es que así sea por toda la eternidad. La razón es simple de entender: María en plena facultad de sus capacidades accede a ser el instrumento para traer al mundo al hijo de dios, simplemente con la visita del ángel. Sin importar que las consecuencias de su decisión no harian nada sencilla su vida en un futuro como bien sabemos gracias a la biblia.

Siguiendo el mismo orden de ideas podemos observar como esta simple frase de «Hágase su voluntad» cambia por completo el destino de toda la humanidad y fue un momento de vital importancia en la misión de la santísima virgen. Además, a partir de acá su vida cambiaría por completo en muchos aspectos. No sólo para ella, sino también para su esposo José. Recordemos que en esa época había un fuerte estigma con traer a un niño al mundo sin estar casada o acompañada de un padre. De manera que esta acción no repercute solo en María, sino que también afecta a José.

En todo caso, José siempre se mostró dispuesto a ayudar a María en todas las penurias que vendrían en el futuro. Principalmente porque el nacimiento, vida, muerte y resurrección de Jesús sería la causa de la división para muchos, incluso hasta nuestros días. Así lo dice Lucas en su evangelio (21:34-35). Por otro lado, María tendría que ver morir a Jesús en la cruz y acompañarlo durante todo este recorrido de dolor.

Volviendo al significado del Fiat en el evangelio, encontramos que dios hace uso del término «Hágase» en el Génesis cuando da inicio a la creación. Él que es el dueño del cielo y la tierra indica como aprueba la existencia del todo. Luego, después de culminar su obra se toma un tiempo para observar y meditar el resultado, llegando a la conclusión de que todo lo que veía era bueno. Muchos años después; con la aparición del hombre, cantaremos junto con el salmista para al igual que Jesús luego de finalizar su obra, contemplar, admirar y dar gracias  al señor por su maravillosa creación. Así es lo dice el Salmo (92-5). Esta primera creación del señor tiene la peculiaridad de que no dependió de nadie, sus actos fueron hechos simplemente por amor, desinterés y usando su libre voluntad.

Su segunda creación fue realizada siguiendo las mismas pautas con que la primera fue destruida. Ya que al inicio, por causa de una mujer fue que el pecado ingreso al mundo, de manera similar; por una mujer es que debía llegar la salvación. De esta forma, el señor utiliza el cuerpo de la virgen María para traer al mundo a su hijo Jesús. Así lo confirmaría la Santa Isabel, quien diría al respecto que dios todo poderoso la ha bendecido con muchas cosas. Pero a María la bendijo siendo la madre de dios, donde el nombre de su hijo será completamente santo, representando todo lo bueno que hay en el mundo y llegando a la tierra para habitar y compartir con nosotros.

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La Importancia del Fiat de María

Ya en el apartado anterior se puede tener una idea de la importancia que tuvo el fiat de María, pero a continuación profundizaremos en todos los aspectos que su decisión tuvo para ella, para nosotros y para Jesús nuestro salvador. Para ello, lo primero es refrescar un pedazo del evangelio según San Lucas (1;26-38):

«Al sexto mes fue enviado por dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, el cual era conocida como Nazaret, para que visitara a una virgen desposada con un hombre que se llama José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Una vez que entro le dijo a María: ‘Alégrate, ya que llena eres de gracia y el señor está contigo’. Ella se conturbó por las palabras que escucho y discurría qué significará ese saludo.

Luego el ángel le comunico: ‘no debes tener miedo María, ya que dentro de ti se encuentra la gracia de dios y vas a parir un hijo que llevará por nombre Jesús. Él será grande y al crecer se le conocerá como el hijo del altísimo. Además, el padre celestial le recomenzará dándole el trono de David. Su padre reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino jamás conocerá el fin’.

María le respondería al ángel: ‘¿Cómo será posible esto, pues no conozco a ningún varón?’

Él ángel dirá: ‘No te preocupes, que el espíritu santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra; por esta razón, él que ha de nacer será santo y se le conocerá como el hijo de dios. Puedes observar también a Isabel, que es tu pariente y a pesar de su edad también está esperando un hijo. Ahorita se encuentra en el sexto mes a pesar de que muchos la llamaban estéril. Porqué nada es imposible para dios.

María finaliza diciendo: ‘Soy la esclava del señor, hágase en mí según tu palabra’. Una vez que termino la conversación, el ángel se fue dejándola sola«.

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Para aquellos más observadores, seguro notaron que Lucas hace referencia a un tiempo y lugar específico, al sexto mes en la ciudad de Nazaret. A su vez, indica que ya la virgen María había contraído matrimonio con José. Aunque para que poder tener una visión más holística del contexto, es necesario trasladarnos a la carta a los Hebreos donde podremos conocer la conversación que mantuvieron el padre y el hijo sobre el propósito de Dios para toda la eternidad. En dicha carta se menciona que dios creo el cuerpo de Jesús sin solicitar a cambio ningún sacrifico ni ofrenda. Además, no le agradan los holocaustos ni tampoco el sacrificio de los pecadores. Razón por la cual Jesús se pone a su disposición diciendo que está listo para cumplir su voluntad.

Esta pequeña frase nos revela mucho, nos indica como la obediencia a la voluntad del padre lleva a Jesucristo hacia nosotros para que se pueda ofrecer como sacrificio. El cual superará cualquiera que se haya realizado hasta ese momento durante la antigua alianza. Ya que él (Jesucristo) es el perfecto sacrificio que redime al mundo. Al leer distintos pasajes del viejo testamentos podemos detectar algunos indicios de este divino plan. Sobre todo a través de las palabras dichas por el profeta Isaías, quien dice que el señor será quien de una señal. Donde esta señal será la acción de la virgen dando a luz a un niño que llevará el nombre de Emanuel. Cabe destacar que Emanuel significa «dios con nosotros». De esta forma y en cierta manera, se profetiza el nacimiento de Jesús en Nazaret.

Desde el punto de vista de nuestra peregrinación jubilar, la jornada del espíritu empieza con las huellas que deja Abraham y que nos conducen a Nazaret, junto María. Que es la más importante de todas las hijas de Abraham. Nadie como María puede llegar a enseñarnos el verdadero significado de vivir la fe de nuestro padre, esto hace que María de muchas formas, se diferencie de Abraham, pero a su vez posean muchas similitudes entre sí. A ambos se le otorga la maravillosa promesa de dios. Abraham es padre de un hijo el cual desciende a una gran nación mientras que María es la madre de un hijo que se convertirá en el mesías, el profeta, el ungido.

Por otro lado, a ambos se les solicita que den su aprobación para que ocurra algo que nunca antes había ocurrido. Aunque María no sería la primera ni tampoco la última en tener la gracia para poder concebir un hijo por medio del poder de dios. La primera descrita en la biblia es Sara, la cual era estéril, mientras que la última mencionada es Isabel. El ángel Gabriel le comenta esta información a María para que tenga conocimiento que el poder de dios no solo aplica para ella, sino también en Isabel.

Ambos deberán recorrer un camino oscuro y sinuoso lleno de obstáculos sin garantías del futuro, confiando ciegamente en aquel que los llamo. Cuando María habla con Gabriel, no solicita pruebas de la divinidad de dios, ni tampoco pregunta si algo como lo que está escuchando es posible, sólo se remite a preguntar cómo será cumplida. Esto hace que no sea extraño cuando luego dice su fiat: «Aquí yace la esclava del señor. Hágase su voluntad en mí según tu palabra». Es en ese momento cuando ella se muestra como realmente es, como la hija de Abraham, quien se convertirá en la madre de Jesucristo y en la madre de todos los creyentes.

Si te pones a pensar al respecto, el Fiat (hágase) es la palabra con la que dios creo al mundo y todas sus maravillas. El sol, los planetas, las montañas, las plantas, lo animales, incluyendo al hombre. Para luego admirar toda su obra y descubrir que lo que había hecho era bueno. Cuando cantamos acompañando al salmista, una de las frases más comunes que se suelen decir es: «¡Grandes y admirables son tus obras señor!. Este primer acto de creación de dios, fue hecho sin necesidad de depender de nadie, de manera que todo lo que hizo fue exclusivamente por amor, además de crear las cosas según su voluntad (fiat).

Luego de iniciar su proceso de creación, Dios procedió a crearnos a su imagen y semejanza. Otorgándonos el don de la libertad, lamentablemente, el ser humano caería presa del engaño por culpa de la serpiente, cayendo en la tentación y dando la espalda a dios. A partir de ahí, fue expulsado del Edén y se vio obligado a aprender una nueva forma de vida. Pero dios no nos abandono, debido a su infinito amor hacia nosotros, puso manos a la obra y comenzó a realizar otra creación, una que nos permitiría salvarnos del pecado. De esta forma dios nos entrego a único hijo.

El fiat de María representa la segunda creación de dios. Que en cierta forma resulta mucho más sorprendente que su primera creación, ya que esta tiene como objetivo conseguir la salvación del hombre, pero más impresionante aún, el hecho que a diferencia de su primera creación, en esta no actúa por sí solo. Decide apoyarse y trabajar en colaboración con sus criaturas, siendo María la primera de ellas. Hay que admitir que este es un osado movimiento por parte de dios, un atrevimiento sublime; implica que el futuro de todos nosotros ya no depende simplemente de su voluntad y omnipresencia.

También nos muestra a un dios piadoso que nos brinda las herramientas para alcanzar la salvación por nuestros propios medios. Es ver al todo poderoso, al omnipresente pidiendo ayuda a una simple u humilde sierva. Esto quiere decir que nuestra salvación estaba condicionada por el sí de María y no solo por la voluntad y el deseo de dios.

Para muchos, este momento es uno de los más hermosos de toda la humanidad, ya que representa la confianza que dios le otorga a la virgen María haciéndola responsable de la vida de su amado hijo Jesús, permitiendo que este venga a la vida en un cuerpo de carne y hueso para eventualmente cumplir su misión de salvarnos a todos de nuestros pecados. Esta es la razón por la que años después, cuando se instaura la tradición de la navidad este es el tema inicial. Por otro lado, entender y darle el significado que se merece a la actitud de la virgen María nos permitirá vivir de forma muy santa y cristiana. Logrando admirar y recordar el nacimiento de nuestro salvador Jesús con la importancia que se merece.

El Fiat de María por lo tanto, es un punto clave es nuestra historia, un acontecimiento único e irrepetible donde ella se entrega de forma voluntaria a dios, para ser utilizada y que participe de forma activa en la salvación de toda la humanidad. Esto la convierte no solo en la madre de Jesucristo, sino en la madre de todos nosotros y por supuesto; en la madre de dios. A través de su fiat el espíritu santo le otorga la gracia que le permitirá dar luz al verbo del encarnado, es decir; al verbo de dios: Cristo nuestro señor.

Características del Fiat de la Virgen María

Ya en el primer capítulo del evangelio de San Lucas podemos tener una idea de algunas de las características relacionadas con la respuesta afirmativa de María en su Fiat:

  • Fue un Fiat Progresivo: lo primero que hizo la virgen al momento de encontrarse con el ángel Gabriel fue escuchar las palabras que este tenía que decirle. Su actitud no era arrogante, exasperada ni molesta, más bien la de alguien que tiene toda la disposición de escuchar lo que la otra parte tiene para decir.
  • Internalización de la Palabra: aparte de estar atenta, María escucha la palabra entendiendo por completo lo que esto implicaba, lo que dios le estaba solicitando realizar. De esta forma ella escucha las palabras y las interioriza, las almacena y guarda en lo profundo de su corazón. De esta forma ella consigue transforma el mensaje de dios y convertirlo en vida.
  • Vínculo Eterno con Dios: a partir de este momento María deja de ser la misma, se transforma en alguien más, en alguien superior. Al observar la vida que luego llevaría, tomando en cuenta tanto los días buenos como los días malos, los más conocidos y los menos conocidos; podemos notar una tendencia, toda su vida será a partir de ese punto un homenaje de amor a dios. Desde ese «sí, hágase la voluntad del señor» hasta llegar al calvario. Esto nos demuestra que su fiat no solo es aceptación, sino que también es de amor, de voluntad y generosidad. Además, debemos destacar el nivel de intensidad y entrega que María hace para seguir la voluntad de dios durante cada instante de su vida.

Para nosotros, que somos fieles servidores del señor, debemos seguir el ejemplo del fiat de María. Ya que dios espera que podamos brindarle nuestra ayuda así como pudo contar con la de María en todo momento. Es seguro que él espera escuchar que pronunciemos las palabras de «hágase en mí, según tu palabra» igual como lo hizo María y por supuesto, desea que desde el fondo de nuestro corazón también brote ese «sí» generoso.

Aunque claro, nuestro fiat no se puede comparar al hecho por María, ya que de ella dependía la salvación de la humanidad, pero eso no implica que nuestro fiat tenga menor importancia o sea menos relevante, pues siempre hay personas relacionadas y vinculadas a nosotros que pueden alcanzar la salvación. En nuestras manos está la capacidad para cambiar la vida y felicidad de muchas personas.

Por este motivo tenemos que ver cada día como una nueva oportunidad para demostrar nuestro propio fiat lleno de amor a dios. Sin importar lo grande, pequeño o majestuoso de nuestros actos. Al final y lo que más importa, es seguir el ejemplo de María para que nos ilumine y guíe. Que nos permita obtener la certeza que aun en las peores situaciones la voluntad de dios es el único camino para alcanzar la paz y la felicidad. Esto implica también obrar siempre cuando dios no los solicite, sin importar el costo o lo difícil que sea.

¿María se pudo haber negado?

Una incertidumbre que muchas personas poseen es si María realmente tuvo la capacidad de elegir, si realmente existió libre albedrío. Pero no hace falta volver a repetir los fragmentos del evangelio que ya hemos ido mencionando a lo largo del artículo para darnos cuenta que María no solo escogió por voluntad propia, si que inmediatamente fue consciente de la cruz que deberá llevar en su espalda durante toda su vida. Cruz tan grande y pesada como ninguna otra madre ha conocido. Ya que era capaz de intuir el desenlace que tendría la vida y muerte de esta nueva criatura, hijo de dios.

Lo primero que debemos destacar es la fuerza de voluntad pura y la valentía que tuvo la virgen María al darle su respuesta al ángel Gabriel. Por una lado era plenamente consciente que iba ser partícipe de un don inmenso, el don más grande que cualquier otra persona haya recibido hasta ese momento y recibirá en el futuro. Pero al mismo tiempo, y gracias a sus conocimientos y educación que recibió de las sagradas escrituras, pudo deducir de inmediato la vida y muerte que esta criatura tendría. Sabía que al aceptar, estaría cargando con una pesada cruz por el resto de su vida.

Los Israelitas eran particularmente listos con una ágil habilidad mental, de modo que María sabía que este nuevo niño representaba aquel de quien ya se había escrito en muchas ocasiones, como por ejemplo: «No habrá en él parecer, tampoco belleza capaz de atraer las miradas, ni hermosura que guste a los demás. Será despreciado, considerado desecho de los hombres, varón de dolores, quien conocerá todo el sufrimiento y se convertirá en la cara más odiada y poco estimado por nadie». Para María, tener este conocimiento de antemano fue particularmente duro, porque debía dar a luz a un niño al cual querría más que a su propia vida y por quien deberá aceptar el destino que ya estaba escrito para él. Simeón lo indicaría en el templo como la «Espada».

Queda bastante claro que la virgen María requirió de toda su fuerza de voluntad junto con los dones y virtudes otorgados por el espíritu santo para poder decir con total confianza, decisión y en plena consciencia y libertad su fiat de «hágase su voluntad» a este designio divino.

A pesar que este momento está impregnado de una enorme riqueza espiritual, no le quita el crédito a la capacidad de decisión de la virgen María; así sencilla y magnifica transforma en posible lo que era humanamente imposible: la capacidad para expresar un sí rotundo, lleno de voluntad y sin el más mínimo rastro de arrepentimiento. Es como si ella nos dijera que dios le brindo la gracia necesaria para tener la capacidad de aceptar esta vocación divina, ya que sin ella, la virgen no hubiera sido capaz de responder con un sí, pero al mismo tiempo; indicándonos que en ningún momento fue forzada a responder de forma afirmativa.

María pudo haber respondido en cualquier momento con un no rotundo, y esto no hubiera ofendido a dios. Porque al final, no debemos olvidar que la vocación divina no se nos entrega a nosotros en forma de orden o mandato obligatorio. Más bien como una invitación donde somos nosotros (al igual que la virgen), quienes decidimos si aceptar y seguir el camino de dios. Esto quiere decir que la virgen en todo momento fue libérrima.

Otra cosa que hay que aclarar, es que el hecho de poseer libertad no implica la posibilidad de hacer el mal. Para dios, hacer el mal representa un signo que está en nosotros y que a su vez; es una manifestación imperfecta de la libertad. Esto quiere decir que cuando actuamos de manera errónea, se debe a que nuestras facultades para elegir bien se han visto mermadas; es decir, han sufrido un decaimiento. Otro aspecto importante que nos permite definir la libertad, es nuestra capacidad de autodeterminación: esto quiere decir la posibilidad de escoger dirigir nuestros actos propios en una dirección que siga el camino del bien, el cual; es aquel cuya conveniencia favorezca a la naturaleza, a nosotros o a quienes nos rodean. Otra manera de describir el libre albedrío.

Cuando utilizamos los conocimientos del párrafo anterior para contrastar con la vida de María, podemos afirmar que sus acciones más que seguir el camino del bien, están motivados por su amor inmenso a dios y a su hijo Jesús. Esto la llevo a recorrer el camino propuesto por dios. Pero de nuevo, no implica que no haya tenido la posibilidad de negarse en cualquier momento. Lo que ocurre, es que su fiat esta radicado en un amor tan profundo, puro, sin rastros de sombras o egoísmo, que no tuvo problemas para cumplir con los requerimientos divinos. Esto es lo que lleva a pensar a los padres que María no es un instrumento pasivo de dios. Por el contrario, actuó en cooperación de manera activa para conseguir la salvación de los hombres.

Para finalizar este punto, muchas de las personas que se oponen al fiat de María, lo hacen utilizando como argumento que ella se entregará como esclava al señor. Siendo la palabra esclava una forma de sumisión donde pierde su libertad y facultad de decidir por voluntad propia. Pero esto no puede estar más alejado de la realidad, si bien es verdad que ella admite entregarse de forma sumisa a los designios divinos de dios, no significa que pierda su libertad ni capacidad de decisión. Ya en este punto debe quedarnos claro que cada paso que dio María fue porque ella decidió darlo, no porque le hayan sido impuesto. Lo único, es que el camino que recorrió le fue puesto en frente por la voluntad de dios. Pero ya era su decisión tomar dicho camino, que siendo sinceros, ¿no es lo mismo que pasa con todos nosotros?

El uso de la palabra esclava, es una forma de proclamar que acepta sus designios, que cuenta con toda su fe y se puede entender como una muestra de confianza. Para esa época, era una manera en que se comunicaba a un superior que se aceptan los términos o designios que este le imponía, haciendo comparación con aquellas persona que eran realmente esclavos y debían acatar órdenes sin posibilidad de negarse. Es decir, María realizó un gesto de confianza para plasmar que estaba dispuesta a seguir las órdenes de dios con humildad y obediencia.

La Relación del Fiat de María con la Redención

Para poder entender a profundidad, es necesario refrescar que una joven virgen María expresa su Fiat de manera incondicional, al punto de asumirla con alegría y decisión. Así expresa que es la esclava del señor y que desea que se haga su voluntad. Con tan simple aceptación ella afirma su vocación solemne a pesar de lo contradictorio del milagro sublime; porque se trata de una virgen que se convertirá en madre, pero no en cualquier madre, sino en la del señor Jesús que es el hijo de dios. Esto implica que Jesucristo nacerá como hombre y convivirá con los hombres para transmitirnos su divinidad, su gloria y por supuesto, salvarnos de nuestros pecados. Así lo pronuncia el evangelio de San Juan (1;14):

«El verbo se convierte en carne, para convivir con nosotros, y nosotros tendremos la dicha de ver su gloria, gloria cual de unigénito, el padre, lleno de gracia y de verdad«.

María nunca se muestra dudosa con el ángel Gabriel y tampoco solicita una prueba de veracidad como hizo Zacarías. Se conforma con indagar la manera en que ocurrirán los hechos, para luego colocarse en su totalidad al servicio de la voluntad de dios. Ella misma se proclama con una esclava de dios, dispuesta a realizar todo lo que se le ordene. Esto garantiza que la gracia del altísimo la cubra con su sombra.

La nube se presenta como una manifestación de Yahvé, que en ocasiones suele cubrir el templo; pero en este caso María es el templo y el espíritu santo es quien la cubre con su sombra, produciendo la fecundación. De esta forma ella convierte en carne (su carne) al verbo, la palabra de dios, que ha existido desde el inicio y que vivirá por toda la eternidad. Para llegar al mundo e iluminarlo con la verdad del amor, no porque el hombre se lo pida ni lo desee, más bien por dios. Al respecto, el evangelio de Juan (1;9) dice:

«Existe la luz verdadera, que con su llegada a este mundo iluminará a todos los hombres«.

Luego de todo esto, María como hija de Adán que acepta el mensaje divino, se convierte en la madre de Jesús y también en la fiel sirvienta del señor. Obrando con excelente diligencia para que pueda conseguir la redención de la humanidad con él y bajo él. Apoyados por la gracia de dios todo poderoso.

Así llegamos al punto central de este apartado. María al igual que Eva, hacen caso de lo que un ángel les dice pero las consecuencias para cada una son totalmente opuestos. La imagen anterior no lo puede resumir de una mejor manera:

  • Eva al creer en lo que le dice un ángel caído a través de su incredulidad trae el pecado al mundo del hombre y con esto condena por la eternidad a la humanidad.
  • María en cambio, escucha a un verdadero ángel, a uno bueno; y se cierne fuertemente a su fe consiguiendo ayudar a redimir los pecados del hombre.

Muchos padres afirman que María es la responsable de desatar el nudo de desobediencia que creo Eva. Consiguiendo así la redención del padre. Por este motivo le colocaron el apodo a María de la «Madre de los Vivientes», ya que se podría decir que la muerte vino por Eva y la vida por María.

Ya en las antiguas escritura, libros sagrados y distintas tradiciones se menciona el papel y rol que cumple la madre de Jesús para que obtener la salvación de la humanidad. En las antiguas escrituras en múltiples apartados podemos visualizar como se profetiza la llegada de Cristo y a su vez; se revela como estará vinculado con su madre. Otra pista la encontramos en Génesis (1;14), en la promesa de victoria que dios hace sobre la serpiente cuando dios expulsa a Adán y Eva luego de haberlos desobedecido. En Isaías (7;14) se menciona que una mujer de escasa edad y virgen dará a luz a un hijo con el nombre de Emmanuel.

También tenemos a la Lumen Gentium que nos dice:

«La unión que se da entre la madre y el hijo para conseguir la salvación, se obtiene a partir de la concepción virginal de Cristo hasta el momento de su muerte. Para empezar, cuando María se dirige a visitar a Isabel, es proclamada para participar en esta causa divina donde se entrega con toda su fe, siendo fiel creyente de la salvación prometida. Esto hizo que el precursor brincará de gozo y emoción en el seno de su madre. Luego, durante el nacimiento de Jesús, este es presentado frente a los pastores y los reyes magos, que en vez de menoscabar, consagran su integra virginidad«.

Así se convierte María en la madre del redentor, con quien tendrá íntima participación en la obra de su hijo. Esto se puede visualizar a través de distintos pasajes de la biblia:

  1. Gálatas (4;4): «Pero al momento de llegar a la plenitud de los tiempos, dios nos envía a su hijo, nacido de la mujer, nacido bajo la ley».
  2. Evangelio de San Lucas (1;31-33): «vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, que llevará el nombre de Jesús. Él será grande y será conocido como el hijo del altísimo, y el señor Dios le dará el trono de David, su padre; para reine sobre la casa de Jacob por los siglos. Su reino no tendrá fin».
  3. Hebreos (10;10): «Hemos sido santificados gracias a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo».

Dios, que es todo poderoso, no tenía la necesidad de utilizar el vientre de María para traer al mundo a Jesús, aun así; prefirió hacerlo de esta manera: que naciera como un niño y tuviera una madre. Esto demuestra la corredención de María al participar trayendo al mundo al redentor y salvador.

Aunque debemos tener cuidado con la interpretación que realizamos de esto, porque podemos cometer el error de equiparar o igualar la acción y fiat de María al seguir el mandato de dios, traer al mundo a Jesús y ayudarlo en su misión de salvarnos con la propia acción que realiza Jesús. Es decir, asumir que es igual la redención de la humanidad conseguida por Cristo con la corredención de María. Esto sería una falacia, pues la relación e influencia de la virgen se da de manera indirecta y mediata. Siempre estuvo al servicio del redentor y lo acompaño en su travesía padeciendo junto e inmolándose con él frente a la cruz.

Oración al Fiat: Para que se haga la voluntad del Señor

Si deseas encomendarte a la voluntad del señor para que el espíritu santo te ilumine y puedas aceptar su misión como el hijo de dios, puedes realizar la oración que te indicamos a continuación:

«Dios, dame toda la fuerza y ​​el poder, dame hoy la seguridad de tu amor y la certeza de que estás conmigo. Pido por protección para este día, porque necesito de tú ayuda y tú misericordia. Quítame el miedo que me invade, quíteme la duda que me molesta. Haz que se aclare mi espíritu quebrantado con la luz que iluminó el camino de tú divino hijo Jesús aquí en la tierra. Que yo señor, perciba toda tú grandeza y presencia en mí. Haz soplar todo tú espíritu en mi alma para que pueda sentir en mi interior la fortaleza de tú presencia: minuto a minuto, hora a hora, todos los días.

Que pueda sentir tú voz dentro de mí y a mí alrededor y en mis decisiones. Que pueda percibir toda tú voluntad. Que pueda sentir todo tú poder a través de la fuerza de la oración; y con este poder, alcanzar el milagro que deseas realizar, aliviando mis problemas, calmando mi espíritu y aumentando mi fe.

No me dejes !Oh señor Jesús! quédate conmigo para que no me desespere y levanta mi espíritu cuando se encuentre en las tinieblas. Ayúdame a seguirte sin dudar y sin mirar atrás. Te doy este día toda mi vida y la vida de toda mi familia. Libéranos de todo mal que pueda ser dirigido hacia nosotros; incluso si es por un milagro. Sé que si me encomiendo a ti podre conocerte y me ayudaras porque me amas y me escuchas con amor.

Te agradezco, dios y padre mío. Dame el poder de aceptar por encima de todo, tú voluntad y no la mía. Que así sea.

Hágase en mí, según tu palabra Señor. Amén.«

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