En el siguiente artículo encontrarás todo lo relacionado sobre la Oración Virgen de San Juan, asimismo te enseñaremos las oraciones para cada día de la Novena a la Virgen de San Juan, las cuales puedes realizar todos los días que puedas y de manera especial los días antes de su festividad, como también tendrás la oportunidad de conocer y hasta de aprender la oración para una petición difícil e imposible a la milagrosa Virgen de San Juan los Lagos.
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Oración para una petición difícil, imposible
La Virgen de San Juan de los Lagos, es mundialmente muy reconocida debido a los milagros que ella ha favorecido mediante la Oración a la Virgen de San Juan, han sido muy diversos y variados al pasar de los años, los milagros que ella ha concedido, justo después de que nosotros la hayamos honrado, ella nos brindará de su cálido y cariñoso amor de Madre, lo cual es como un medio de auxilio para nosotros y nuestros diversos problemas que se nos presentan en la vida diaria, ya que ella nos traerá la tranquilidad y paz que tanto necesitamos en esos momentos.
Oración a la Santísima Virgen de San Juan de los Lagos
«Mi amadísima Virgen de san Juan de los Lagos,
Santísima Virgen María soberana,
digna Emperatriz del Cielo y de la tierra
que en tu venerable Imagen de San Juan
con tu bello rostro marfileño y las tiernas manos en el pecho,
enjugas nuestras lágrimas y nos curas nuestros males;
Tú, mi Virgen conquistadora eres la que nos “roba los corazones”,
nos llenas de beneficios y nos repartes tus milagros,
y, como bendita Madre protectora, nos llenas con Tu amor,
¡envuélvenos Gran Señora en tu acogedor manto azulado
y ayúdanos a conseguir las misericordias del Altísimo!
Señora Sanjuanita de los Lagos, te doy mi corazón;
como no he de alabarte y venerarte si Tú todo lo das,
como no he de amarte si nos llenas de tesoros celestiales
pues por tus virtudes y méritos todo lo consigues de Dios.
Oh beatísima Mater Inmaculata, ruega por nosotros,
y por tu pura concepción y caridad sin igual,
pide al Señor perdón por mis faltas y pecados.
Señora mía de San Juan, Virgen y celestial paloma,
poderosa mediadora entre el Padre y nosotros,
en tus manos pongo el dolor que aflige a mi corazón
en tus manos dejo mis angustias y penas,
y con humildad y esperanza confío y espero en tu ayuda.
Bienaventurada Madre mía de San Juan,
sé que todos los que llegan ante tu Sagrada Imagen
llenos de fe, humildad y confianza a pedirte favores y auxilio
siempre son escuchados y atendidos con maternal solicitud
por ello te ruego, Virgen amada mía,
que hoy también acojas benignamente mis clamores
y recibas con agrado mis oraciones,
pues tengo fe que en estos momentos de necesidad
Tú serás mi gran consuelo y esperanza.
Deposito en Ti mi confianza, hazme ver tu generosa bondad
y lléname de dichas que alegren mi corazón
ahora sufriente y quebrantado por el dolor y los problemas;
a Ti Madre bienaventurada llena de amor
te rindo homenaje y ruego tu mediación en esta difícil situación
que para mí, en mi debilidad, es imposible de remediar:
(hacer aquí con infinita confianza la petición).
Virgen se san Juan, la flor más dulce y exquisita,
dadivosa madre protectora de tu hijos,
Tú que eres el remedio eficaz en todas las necesidades
y tantos milagros obras a favor nuestro,
no me dejes sin alivio y afiánzame en mis esperanzas,
pide que sea auxiliado en mis dificultades y problemas
y nunca me abandones ante la adversidad,
lléname de bendiciones, aléjame de lo que me pueda dañar
vigila mis caminos, ilumíname y acompáñame en esta vida
y llévame de la mano ante tu Hijo Jesucristo.
Así sea.
Virgen Santísima, madre mía de San Juan
por tu pureza y belleza sin igual,
cúbrenos con tu manto
danos paz y bienestar.
Rezar siete Avemarías, Padrenuestro y Gloria.
Hacer la oración y los rezos nueve días seguidos».
Novena a La Virgen de San Juan de Los Lagos
San Juan de los Lagos es una ciudad ubicada en el Estado de Jalisco, México, la cual se encuentra ubicada en la actualidad la pequeña imagen de la Virgen María bajo la advocación de la Virgen de San Juan de los Lagos, donde es venerada con mucho fervor en el santuario de dicha ciudad ya que dicha figura milagrosa representa la inmaculada Concepción.
Esta es diariamente visitada por los fieles creyentes, ya que se trata de una tradición que tiene más de 100 años de antigüedad, es la segunda más visitada en México, justo después de la Virgen de Guadalupe, por millones de peregrinos cada año de diferentes lugares del mundo, siendo generalmente visitada por los devotos de los Estados Unidos, América Latina y Europa.
Como esta Virgen es tan reconocida a nivel internacional, se ha convertido en la principal promotora del turismo en la región. Se estima que la concurrencia es de aproximadamente 7 millones de peregrinos, y durante la fiesta de la Candelaria el número de personas que la visitan puede llegar hasta más de 2 millones de personas, he de allí que se halla dedicado una Novena para venerar esta solemnidad. Cabe decir que esta Novena se puede realizar tantas veces como lo desee, pero los días previos a su misma festividad deberá ser de manera especial como se verá a continuación.
Comenzamos la Novena haciendo la Señal de la Cruz…., seguimos con la Oración del Padre Nuestro y el Acto de Contrición.
«¡Oh Virgen Purísima, Madre admirable de Dios, abogada de los pecadores y Reina de los ángeles!»
«Ves aquí postrado a tus pies al mayor de los pecadores, pues al Dios de la Majestad a quien con tanto amor concebiste, diste luz y creaste, ahora en el cielo su incomparable hermosura te llena de suma gloria, tiene arrebatadas las atenciones de todos los santos y ángeles, que temblando en su presencia no cesan de amarlo, me atreví yo, gusanillo vil a despreciar tan inmensa hermosura por un poco de nada que es el pecado».
«Pésame, Señora, de mi ingratitud, y propongo morir antes que pecar, y confío en tus amorosísimas entrañas de piadosa Madre, me alcances el gozo de la eficaz gracia en la cual perseveraré hasta la muerte. Amén»
Oración para todos los días:
«Dígnate, Virgen Santa, de que tu siervo te alabe y diga: Ave María, Ave cándida paloma. Ave refulgentísima estrella. Ave luz de sobremanera hermosa, Ave de los serafines cántico, Ave de los querubines, himno, Ave alegría del género humano. Pues tan poderosa eres, Señora, el perdón de los pecados nos alcances».
Oración del día
Una vez que se realiza la oración de cada día, se comienza con la Oración correspondiente a cada día de la semana.
Primer Día
«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María. Madre de Dios, templo suyo muy agradable. Sagrario del Espíritu Santo, puerta del Reino de los cielos y fuente de luz, por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra; inclina ¡Oh! Madre de misericordia, esos tus purísimos ojos hacia mí alma; mírala, Señora hecha a imagen y semejanza de Dios, ahora tan envejecida por mis culpas, tan apolillada por los apetitos, tan deshecha por las pasiones; compadécete. Señora de su ruina y alcanza de Dios Nuestro Señor que así como tu santa imagen, por ser imagen tuya, quiso su majestad que se renovase por manos de ángeles, mí alma por los esmeros de la gracia, concediéndome también lo que te pido en esta novena, si es para gloria de su divina majestad y bien de mí alma. Amén».
Segundo Día
«¡Oh Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, Templo suyo muy agradable, sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino de los cielos, fuente de luz por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, vuelve a mí ¡Oh madre soberana! Esos, tus misericordiosos ojos, compadécete de mí, que soy de aquellos que teniendo ojos no ven. Y pues eres divina dame la luz que deseo para no tropezar con los engaños del mundo, para no caer en los lazos del demonio ni perecer en los precipicios de la carne, y si el favor que te pido en esta novena me conviene y es del agrado de Dios, concédemelo y si no, dame resignación perfecta en la divina voluntad. Amén».
Tercer Día
«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo muy agradable, sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino del cielo médica soberana, por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre, los ojos de tu misericordiosa a este enfermo concebido en flaquezas y miserias, lleno de dolencias en el alma y cuerpo, a Ti vengo para sanar, a Ti que eres la piscina de Siloé, que sanas paralíticos y que eres el Jordán para los leprosos, el óleo para los heridos, generoso vino para los flacos, caridad para los tristes, consuelo para los afligidos, confortativo para los pusilánimes, antídoto para el mortal, veneno y general médica y medicina de todos los enfermos, sáname Señora, de todas mis enfermedades interiores y exteriores, y concédeme también el favor que en esta novena te pido si ha de ser remedio para mí salvación, y si no concédeme lo que fuere del mayor agrado de Dios Nuestro Señor. Amén».
Cuarto Día
«¡Oh Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo, Sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino de los cielos por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre de misericordia, los ojos de tu piedad a mis indignos ruegos, los cuales a tu clemencia claman. Bien sé Señora que merecía ser desechado y tratado como perro, cual otra Cananea, por Cristo tu divino Hijo, pues por mis graves culpas he sido peor que un bruto. Pero Tú, piadosísima Madre, que no desdeñas el favorecer aun a éstos, dígnate de alcanzarme de su majestad la gracia, de parecer una migaja del Eucarística pan que tú preparaste al calor del Espíritu Santo en tu purísimo vientre, para nuestra salud y vida eterna; si el favor solicitado en esta novena conduce a este fin, concédemelo, y si no, que se haga lo que fuere del divino agrado. Amén».
Quinto Día
«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo, sagrario del Espíritu Santo, puerta del cielo por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre de misericordia, esos luceros refulgentísimos, tus misericordiosos ojos. Mírame Señora, que naufrago las amargas aguas de los trabajos, combatido del viento de las tentaciones y de las olas de las enfermedades, sin tener otra esperanza que en Ti, que como estrella benigna me has de ayudar para que no perezca. Alcánzame, Señora que al suave soplo de la gracia en la nave de la Santa Iglesia, camine seguro a la patria celestial, y si el favor que te pido en esta novena conduce a este fin, concédemelo a mayor honra y gloria de Dios y bien de mí alma. Amén».
Sexto Día
«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo, sagrario del Espíritu Santo, puerta del cielo por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre de misericordia esos tus divinos ojos a este indigno siervo que encendido en ira se abrasa, en llamas de concupiscencia se quema y en brazas de apetito se arde. Compadécete, Señora de mí, y haz que entre tan crueles llamas no me consuman, antes quede tan purificado, sin mancha de culpa, que abrasado sólo en fuego del amor divino, camine seguro en la patria celestial, en donde espero lograr por tu intercesión, la bienaventuranza eterna, y si para este fin conduce la gracia que te pido en esta novena, concédemela a mayor honra de su divina majestad. Amén».
Séptimo Día
«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo, sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino de los cielos por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre del bellísimo amor, las llamas de ese volcán de tu caritativo corazón al mío, para que a su calor se abrase, su actividad se anime y a sus apacibles truenos despierte del sueño en que los tres enemigos pretendan robar el templo vivo de Dios que es mí alma. ¡Ay! Señora, no lo permitas, mira que en ella está el tesoro de la purísima sangre de tu amable Hijo Jesús, mira que es la misma que tú liberalmente le diste en la encarnación, con el fin de que la vertiese a raudales en la cruz para nuestra dicha; acuérdate Señora, que entonces con indecibles dolores, aceptaste ser madre de los hombres, y estos en cabeza del purísimo apóstol San Juan, son hijos y esclavos tuyos, obligados desde aquella hora a amarte y a servirte, cuya obligación, Señora y si para este fin conduce lo que te pido en esta novena, alcánzamelo de su Majestad a mayor honra y gloria suya, y provecho de mí alma. Amén».
Octavo Día
«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo, sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino de los cielos por quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra, inclina ¡Oh! Madre de misericordia, esos tus ojos refulgentísimos a mí, pecador, haz Señora que tus milagrosos rayos de luz inclinen y alumbren mí alma para que registrando mí conciencia y lo más oculto de mis culpas, horrorizado de mí fealdad, la procure limpiar con una buena confesión y lavar con lágrimas de constricción, no permitas, madre admirable, salga yo de tu presencia sin el logro de esta dicha, sin la riqueza de esta gracia y si lo que te pido en esta novena conduce a este fin, concédemelo a mayor gloria de Dios y tuya. Amén».
Noveno Día
«¡Oh! Inmaculada y siempre bendita, singular e incomparable Virgen María, Madre de Dios, templo suyo muy agradable, sagrario del Espíritu Santo, puerta del reino del cielo médica soberana, inclina ¡Oh! Madre de misericordia, los ojos de tu piedad a mis indignos ruegos, los cuales a tu clemencia claman. Compadécete, Señora de mí, y haz que entre tan crueles llamas no me consuman, antes quede tan purificado, sin mancha de culpa, que abrasado sólo en fuego del amor divino, camine seguro en la patria celestial. Señora y si para este fin conduce lo que te pido en esta novena, alcánzamelo de su Majestad a mayor honra y gloria suya, y provecho de mí alma. Amén».
Antífona:
“Un gran portento apareció en el cielo, una mujer vestida del sol, la luna bajo sus pies y en su cabeza una corona de doce estrellas”.
Primer Cuaternario:
Señora mía de San Juan, Virgen y celestial Paloma. R/ defiende Madre mía, a los que rezan tu corona.
Pues que nos proteges tanto como verdadera Madre. R/ Haz que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Un Padre Nuestro, cuatro Avemarías y un Gloria.
Segundo Cuaternario:
Señora mía de San Juan.. (Igual que el primer cuaternario)
Tercer Cuaternario:
Señora mía de San Juan… (Al igual que el primero y segundo, terminando con la oración y ofrecimiento que siguen)
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Oración que San Agustín compuso para honrar a la Santísima Virgen
“Acordaos, ¡Oh piadosísima Virgen María! Que jamás se hay oído decir que alguno, que a ti se acogiese y pidiese socorro y protección, haya sido desamparado. Yo animado con tan dulce confianza, acudo a ti ¡oh! Madre del Divino Verbo menospreciar mis súplicas, sino dignarte, propicia, de verme y favorecerme. Amén”.
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Ofrecimiento
Para culminar se le hace el ofrecimiento a la Soberana Emperatriz de los cielos y Señora del universo, y si usted lo desea puede ofrecerle tres Padre Nuestro y doce Ave Marías, esto último solo para los fieles creyentes, para que los llene de sus virtudes y fortalezas y/o también solicitarle las gracias a nuestra Señora de los cielos.
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