Los niños mártires de Tlaxcala: Definición e Historia

Los Niños mártires de Tlaxcala recibieron el privilegio de ser nombrados como Patronos de los niños y mártires del continente americano por ser los primeros en defender la fe católica en territorio mexicano. Si deseas saber más sobre su historia continúa leyendo este artículo.

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Niños mártires de Tlaxcala

Niños mártires de Tlaxcala: Cristóbal, Antonio y Juan, los primeros evangelizadores franciscanos luego de la “conquista”. Nombrados como Patronos de los niños por el mismo Vaticano, por lo que están a tan solo un paso de su santificación.

Tlaxcala, es la cuna de la evangelización en México. Hernán Cortés, el 20 de septiembre de 1519 y con él, dos sacerdotes más, Fray Bartolomé de Almedo y el Padre Diocesano Juan Diaz.

Niños mártires de Tlaxcala: El 13 de mayo de 1524 desembarcaron en San Juan de Ulua (actualmente conocido como el estado de Veracruz), los doce franciscanos enviados por el Papa Adriano VI, bajo el Fray Martín de Valencia quien fundó la primera escuela franciscana de Tlaxcala.

En esta escuela franciscana fueron bautizados como Cristobalito, Antonio y Juan, conocidos luego como los niños mártires de Tlaxcala.

En 1525, el Papa Clemente VII dirigió la diócesis de Tlaxcala, como la primera de lo que hoy es México y nombró como primer Obispo a Fray Julián Garcés de la orden de los predicadores.

Historiadores narran que los Niños mártires de Tlaxcala y su población no fueron conquistados, más bien, ofrecieron su alianza a los conquistadores y recibieron la fe católica con libertad y gozo, convirtiéndose incluso en poco tiempo en evangelizadores.

El 6 de Junio de 1591, salieron cuatrocientas familias de Tlaxcala a poblar y evangelizar el norte y el sur de la nueva España, llevando consigo su fe, su cultura y sus costumbres hasta Saltillo, Nuevo León, Guatemala y República del Salvador.

Cristóbal, Antonio y Juan, los niños mártires de Tlaxcala fueron los primeros laicos católicos americanos que sufrieron el martirio de la fe católica dentro del territorio Mexicano entre 1527 y 1529, una época bastante difícil para quienes evangelizaban.

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San Cristóbal

Uno de los niños mártires de Tlaxcala fue martirizado en 1527 en  Atlihuetzia, Tlaxcala, en donde hoy en día todavía existe una ermita donde se le recuerda. Tendría unos doce o trece años aproximadamente, no podemos compartir la fecha exacta ya que se desconoce la fecha de su nacimiento.

San Cristóbal fue hijo de un cacique de nombre Acxotécatt y quien fuese su primera esposa Tlapaxilotzin. Tuvo dos medios hermanos: Luis y Bernardino y otro, cuyo nombre no se conoce.

Recibió la evangelización cristiana en la primera escuela franciscana de Tlaxcala de 1524 a 1527 y se identificó tanto con la fe cristiana que él mismo pidió el bautismo.

En 1524, Cristóbal, uno de los niños mártires de Tlaxcala fue enviado con los frailes junto con otros doce misioneros franciscanos que habían sido enviados a evangelizar en México. Fue bautizado por unos frailes, que posteriormente lo prepararon para que lograse convertir a su padre, familiares y personas de su comunidad.

Inmediatamente, Cristóbal comenzó su proceso de evangelización a Padre, familiares y comunidad para que abandonaran la embriaguez, que era una conducta normalizada y bastante practicada y abandonasen sus viejos cultos de adorar dioses paganos porque son considerados pecado y esto ofendía a Dios.

Sin embargo, las palabras de Cristóbal parecían no ser suficientes para lograr que su padre decidiera convertirse a la fe cristiana, por lo que decidió empezar a tomar decisiones más radicales para hacerlo cambiar de opinión.

Cristóbal, uno de los Niños mártires de Tlaxcala tomó los ídolos que estaban en la casa y empezó a romperlos uno a uno, al igual que derramó el pulque, la bebida con la cual su padre se embriagaba constantemente.

Por supuesto, estas acciones no fueron bien vistas, ni siquiera por sus seguidores, ni por su padre y madrastra, la segunda esposa de su padre. Su actuar había sido imperdonable, por lo que la mujer, ordenó al Padre que asesinara a su propio hijo.

Si el Padre asesinaba a Cristóbal, el hijo mayor de su esposa heredaría todos sus bienes. El padre, cegado por la rabia decide llamar a su hijo del convento, haciéndole creer que se trataba de una fiesta.

Algo que nunca se esperó Cristóbal, fue que su padre se encerrase con él a solas y lo golpeara con un garrote tan fuerte y tantas veces con odio. Como si la mortal paliza no hubiese sido suficiente, el Padre decide luego lanzarlo a una hoguera, sin embargo, su Madre, pide ayuda a la servidumbre y logran rescatarlo.

Había transcurrido el día, e incluso, llegó la mañana siguiente y Cristóbal asombrosamente seguía con vida, pero sintió que el fin estaba cerca así que solicitó que llamasen a su Padre para despedirse. El Padre, ahora arrepentido, pasó a verlo y escuchó las últimas palabras de su joven hijo.

Cristobalito, como le decían de cariño y uno de los niños mártires de Tlaxcala expresó a su padre que no abandonaría este mundo sintiendo rencor por él o rabia, por el contrario, había decidido perdonarlo, e incluso, le agradecía por haberle concedido la “gloria eterna”, luego de ello, exhalo su último aliento.

El padre del niño, ordenó que su hijo fuera sepultado en una de las habitaciones de su casa.

Cristobalito, se había convertido en el primer testimonio vivo de perdón en toda América y durante todos estos siglos ha sido venerado como un Santo, el Santo de Atlihuetzia, sin embargo, su historia pareció haber sido olvidada por su pueblo durante un tiempo.

Don Luis Munive y Escobar, para esa época, primer Obispo de Tlaxcala, descubrió un día una imagen que contenía escrita las palabras “Venerable Cristóbal”, sintió gran curiosidad, por lo que decide empezar a investigar y recopilar toda información que pudiese estar relacionada y descubrió la historia de los niños mártires de Tlaxcala.

Cristobalito, actualmente, es reconocido, recordado, venerado y un ejemplo a seguir tanto en su estado como en todo el País y junto a Juan y Antonio, los niños mártires de Tlaxcala le rezan y piden con mucha esperanza y fe, le son fieles y se sienten inspirados a ser caritativos como él.

Como era de esperarse, un día el crimen salió a la luz, el Fray Andrés de Córdoba, encontró el cuerpo de Cristobalito incorrupto y en compañía de muchos indios, lo trasladaron al primer convento que tuvieron los franciscanos en Tlaxcala.

Años más tarde, se construyó un convento (actualmente la catedral de Tlaxcala) y fue trasladado allí. Algunos historiadores afirman que hubo un tercer traslado, unos dicen que al convento de México, y otros, que al convento de san Francisco en Puebla.

Santos Antonio y Juan

 Antonio y Juan, fueron martirizados nacieron en la población de Tizatlán (localidad mexicana en el municipio de Tlaxcala) uno de los cuatro señoríos de la República de Tlaxcala.

San Antonio, fue nieto del gran Xicoténcatt, uno de los cuatro senadores de Tlaxcala, señor de Tizatlán, por lo que Juan era entonces el próximo a liderar y heredero de dicho señorío. Nació entre 1516 y 1517 (se desconoce la fecha exacta).

Juan, era más bien un vasallo de Antonio, es decir, era su servidor personal, a pesar de que tenía casi la misma edad de Antonio. Al igual que Cristóbal, ambos, recibieron la evangelización en la primera escuela franciscana de Tlaxcala, de 1524 a 1528.

Hacia 1529, pasó por Tlaxcala el dominico Fray Bernardino de Minaya, quien iba a Evangelizar a Guajaca (un estado sureño de Oaxaca, México) y suplicó a Juan Martín de Valencia que algunos niños que hubiesen sido educados por los franciscanos le acompañasen y fungieran como intérpretes y catequistas.

Fray Martín de Valencia se negó, puesto que aquella misión era muy peligrosa, sin embargo, de manera voluntaria e inmediata, se ofrecieron Antonio y Juan diciendo que estaban dispuestos como san Pedro a morir por Cristo.

Por supuesto, Fray Bernardino les explicó que estaban expuestos a ser martirizados puesto que evangelizar a un pueblo idólatra no era tarea sencilla. Emprendieron su camino hacia Guajaca y empezaron a recolectar ídolos y destruirlos en las comunidades de Tecali y Cuautinchán.

Antonio decidió entrar a una de las casas mientras Juan se quedaba afuera, dos hombres que se dieron cuenta de lo que hacían golpearon a Juan con macanas y cegados por la ira hasta matarlo y Antonio corrió a pedir ayuda.

Vio a unos hombres y les explicó que habían matado a un inocente por romper sus ídolos, estos lo asesinaron a golpes también y arrojaron sus cuerpos a una barranca. Días después, fueron encontrados y llevados a Tlaxcala.

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Beatificación, Canonización y Nuevos Santos

Los niños mártires de Tlaxcala obtuvieron la beatificación el 6 de Mayo de 1990 durante la segunda visita del Papa Juan Pablo II a México. Benedicto XVI en su única visita anunció a estos niños como ejemplos a seguir.

El Papa Francisco por su parte, anunció la aprobación de un decreto para que la canonización de los niños mártires de Tlaxcala ya que el mayor “milagro” para ellos había sido morir por Cristo.

Oración

Santísima trinidad, gracias por el gran ejemplo de los niños mártires de Tlaxcala haznos seguir su ejemplo con firmeza, fe y voluntad, así como ellos lo hicieron. Concédeme esta gracia que te pido (hacer la petición) y permíteme ser canonizado también, morir por Cristo nuestro señor, amén.

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