La Hora Santa de Adoración para Niños

La Hora Santa para Niños es una magnífica ocasión para que nuestros niños puedan lograr ese silencio interior en el que Dios les habla de manera individual. El propósito de la hora santa es que los pequeños reconozcan la relevancia de honrar a Nuestro Señor Jesús como elemento de su preparación para la primera comunión. Puedes conocer de ello y mucho más a continuación.

Hora santa para niños

La Hora Santa de Adoración

La Hora Santa para los niños se denomina el primer encuentro de los pequeños con el sacramento de la primera comunión. Este es el momento que debe ser aprovechado de manera efectiva para que comprendan la importancia de ese encuentro especial con Nuestro Señor Jesús, donde, como parte de la catequesis, se les prepara para acoger al Señor por vez inicial.

Este es un momento en el cual pueden reconocer y meditar sobre ciertos aspectos de su vida, que les conducirán a compartir vivencias de fe de una manera divertida. El propósito de la catequesis es la formación de aquellos seguidores de Jesús, que tras experimentar la fe, se preparan para hacer posible la misión eclesiástica.

Todas ellos pueden emplearse para ir introduciéndose en el silencio interior. Se ha de crear el ambiente apropiado con los niños para lograr ese silencio interior en el que Dios nos habla de forma muy particular.

¿Qué hacer en la Hora Santa de los Niños?

Primeramente hemos de explicar a los pequeños lo que se va a realizar en cada una de las actividades que se ejecutarán, de acuerdo a como se discriminan en el siguiente programa.

Preparación y Concentración

Se conducen a los niños ante el Santísimo y allí se les señala, en voz baja, que procedan a sentarse y que hagan silencio haciéndoles recordar el sitio en que se hallan y ante quien se encuentran. Se les solicita que cierren sus ojos para que se concentren, pidiéndoles que en ese momento de silencio y ensimismamiento reserven su corazón y mente únicamente para Jesús.

Hora santa para niños

Se les recuerda que deben permanecer con los ojos cerrados, que respiren hondamente, al menos en diez ocasiones y que pronuncien en cada respiración en voz suave: “Jesús te amo” para percibirlo en el corazón.

Exposición del Santísimo

A través de la exposición del Santísimo se les solicita hacer la señal de la cruz y orar:

  • Un Padrenuestro.
  • Un Avemaría.
  • Un Gloria.

Canción: No Adoréis a Nadie

No adoren a nadie,
a nadie que no sea Él.
No adoren a nadie,
a nadie que no sea Él.
No adoren a nadie, a ninguno más.
No adoren a nadie, a ninguno más.
No adoren a nadie, a nadie que no sea Él.

Jesús se encuentra aquí, al cuidado, en el Santísimo Sacramento. Por ello realizamos un acto de fe, como los infantes de Fátima:

“Mi Señor, yo creo, te adoro, te aguardo y te amo.
Y te imploro perdón por los que no son creyentes,
no adoran, no aguardan y no te aman”.

Adoración 1 en la Hora Santa

Hora Santa para Niños ¡Queremos Consolar a Jesús! Empezamos cantando “Está vivo Jesús, Mi Señor” u otra canción apropiada:

Está vivo Jesús, Mi Señor
Está vivo Jesús, Mi Señor
Está vivo Jesús, Mi Señor
Está vivo Jesús, Mi Señor
Él está vivo, Él está vivo, Él está vivo, vivo.
Está vivo Jesús, Mi Señor

Son muchos los que no te adoran, Jesús… Son muchos los que pronuncian cosas horribles de Ti… Pero nosotros sí te adoramos, por eso nos encontramos aquí, para darte consuelo; por eso adoramos decirte demasiadas cosas bonitas que den júbilo tu corazón, por lo que te decimos:

(Todo niño/a ha de leer una frase y luego de cada frase se canta “Jesús, Jesús, acércate a mi morada”).

1.- Muchos niños no te adoran pero yo te quiero demasiado.
2.- Tú has entregado la vida por mí, puedes tomar ahora la mía.
3.- Tú señalaste: “Tomen y coman, esto es mi Cuerpo”, alístame para recibirte.
4.- Señor, yo jamás habré de cerrarte la puerta.
5.- Jesús, quiero darte consuelo.
6.- Señor, me haces falta, acércate a mi corazón.
7.- Jesús, te adoro mucho.
8.- Jesús, Tú deseas ingresar en mi corazón y yo anhelo que te acerques a mí.
9.- Luce como pan, pero es tu Cuerpo. Por ello…
10.- Luce como vino, pero es tu Sangre. Por ello…
11.- Todos se fueron de tu lado pero yo no quiero abandonarte
12.- Tú señalaste: “Dejen  que los niños se acerquen a Mí”, y aquí me encuentro.
13.- No hay quien me adore como Tú.

(En este lugar se pueden proporcionar unos cortos puntos de meditación.)

Jesús, nosotros somos tan humildes, tan modestos…, vemos tantas carencias en el mundo y es muy poco lo que podemos lograr… Pero Tú que eres omnipotente y nos adoras tanto, sí que puedes otorgarnos lo que te rogamos, si lo imploramos con fe. Óyenos, Señor, y haz lo que tu corazón te señale. Deseamos, particularmente, hacer tu voluntad.

1.- Por los niños y niñas que nos encontramos ahora en este lugar, para que jamás nos apartemos del Señor. Imploremos al Señor.
2.- Por los que no saben de Jesús, para que reconozcan que el Señor les adora mucho. Imploremos al Señor.
3.- Por nuestros progenitores, que nos han apoyado para conocer a Dios, para que vivan de tal manera que un día puedan alcanzar el Cielo. Imploremos al Señor.
4.- Por los niños que, tras haber acogido a Jesús, se han apartado de Él y ya no le adoran, para que retornen. Imploremos al Señor.

– Jesús nuestro, Tú nos has otorgado muchas cosas… Te agradecemos por todo lo que hemos obtenido de Ti, pero de una forma particular queremos agradecerte por habernos otorgado por madre a tu misma Madre, la Virgen María. Conocemos que andando de su mano vamos seguros. Ella quiere conducirnos al Cielo y lo hará si le permitimos que nos guíe. Por eso nos deseamos dedicar a Ella, introducirnos en su corazón, para que Ella nos ampare del mal.

Rezamos Todos Juntos:

Madre de Jesús, igualmente eres mi Madre.
Muéstrame como consolar a tu Hijo, nuestro Señor.
Te otorgó mi corazón, que desea ser un Sagrario para Él,
y Tú, que eres tan benévola, acógeme en tu corazón.
Haz que Jesús se contente en mi alma,
que le adore siempre.
Protégeme del mal.
Mamá adorada,
aguardo tu ayuda para ser leal a Jesús.
Si cierto día me conduzco mal, has de recordarme que soy tuyo.
Tómame con fuerza de la mano
para un día te vea en el Cielo con toda mi familia. Amén.

– Y para concluir este rato contigo, Jesús, deseamos realizar una oración muy particular para aliviarte, para señalarte que los niños deseamos ser tuyos y que Tú te estimes como nuestro amigo, nuestro gran amigo. Por eso señalamos todos unidos:

Soy creyente tuyo, Señor,
Creo con firmeza que me adoras
y que anhelas vivir en mi corazón.
Creo que te encuentras en la Eucaristía,
con tu Cuerpo, tu Sangre, tu Alma y tu Divinidad.
Sé que por adoración a mí has perecido en la Cruz.
Otórgame perdón por todo lo que te he injuriado.
Otórgame perdón por olvidarme de Ti en tantas ocasiones.

Tú sabes de mi más que nadie,
más que mis padres, más que mis hermanos,
más que cualesquiera de mis amigos,
y conoces que te adoro.
A través de tu Pasión, padeciste tanto por mí
y por todos los humanos,
que yo no deseo ahora abandonarte.

Cuando muchos te abandonan, yo quiero permanecer a tu lado,
quiero darte consuelo,
quiero pronunciar mil millones de veces que te adoro.
Te lo pronunciare en unión a tu Madre,
la única que no te dejo solo.
Permíteme, Señor, quedarme  junto a Ti este rato,
y no dejes que me aparte jamás de Ti.

Sagrado Corazón de Jesús,
en ti confío.
Inmaculado Corazón de María,
se la redención del alma mía.

Adoración 2 en la Hora Santa

Imploramos ayuda a María, Ella está aquí amando a su Hijo con nosotros. Y le agradecemos por el obsequio de su Hijo. Jesús se encuentra verdaderamente presente en la Sagrada Hostia, es nuestro Dios oculto. Él nos adora y quiere que nosotros le adoremos. Él nos aguarda noche y día en la pequeña figura. Él quiere escucharnos y nosotros le amamos ya que Él es Dios.

– Un Niño sale al frente del Santísimo y se arrodilla:

«Jesús, Hijo de Dios, ten conmiseración de nosotros»

– Todos entonan la frase:

«Yo sé que te encuentras aquí Señor. Yo sé que te encuentras aquí.»
«Yo sé que te encuentras aquí Señor. Yo sé que te encuentras aquí.»

– Un Niño sale al frente del Santísimo:

«Corazón eucarístico de Jesús, has que crezca en nosotros la devoción, la esperanza y la piedad».

– Todos cantan:

«Yo sé que te encuentras aquí Señor. Yo sé que te encuentras aquí.»
«Yo sé que te encuentras aquí Señor. Yo sé que te encuentras aquí.»

– Un Niño sale al frente del Santísimo:

«Jesús, dócil y humilde de Corazón, otórganos un corazón como el tuyo».

– Todos cantan:

«Yo sé que te encuentras aquí Señor. Yo sé que te encuentras aquí.»
«Yo sé que te encuentras aquí Señor. Yo sé que te encuentras aquí.»

– Un Niño sale al frente del Santísimo:

«Jesús, ¡qué benévolo eres con todos! Te adoramos presente en la Eucaristía».

– Todos cantan:

«Yo sé que te encuentras aquí Señor. Yo sé que te encuentras aquí.»
«Yo sé que te encuentras aquí Señor. Yo sé que te encuentras aquí.»

En ocasiones, aunque deseamos ser bondadosos, injuriamos a Dios. Ahora vamos a reflexionar cada uno en qué le hemos podido injuriar y le rogamos perdón en la paz de nuestro corazón. Dios nos adora y nos perdona cuando mostramos arrepentimiento y pedimos su conmiseración.

– Un Niño:

«Creo, Mi Señor, que me encuentro en tu presencia,
que me adoras y oyes mi oración.
Tú eres inmenso y santo, yo te amo.
Tú me lo has entregado todo, yo te lo agradezco.
Te he injuriado con mis indebidas acciones,
yo te ruego perdón con todo mi corazón.
Tú eres muy benévolo, yo te imploro que me ayudes
para mejorar cada día más. Amén.»

Canción: Tan Cerca de Mi

Tan próximo a mí,
tan próximo a mí,
que hasta lo llego a tocar,
Jesús se encuentra aquí.

No busques a Cristo en los cielos
ni lo busques en las sombras.
Muy próximo de ti, en tu corazón,
puedes amar a tu Señor.

Tan próximo a mí,
tan próximo a mí,
que hasta lo llego a tocar,
Jesús se encuentra aquí.

Ahora reflexionamos acerca de todas las cosas provechosas que nos ha otorgado y agradecemos. Unos minutos de reflexión.

– Un Niño: «Te agradezco, Jesús, por las plantas, el agua, el sol, la luna, las flores, las aves y todo lo que has creado».

– Todos: «Te agradecemos, Señor».

– Un Niño: «Te agradezco, Jesús, por mis familiares, mis abuelos, mis amistades, mis maestros, mis catequistas, mi cura y por todas aquellas personas que se han preocupado por mí».

– Todos: «Te agradecemos, Señor..»

– Un Niño: «Te agradezco, Jesús, por mis manos, mis pies, mis piernas, mi nariz, por el obsequio de la vida, por hacerme según tu imagen y parecido».

– Todos: «Te agradecemos, Señor».

– Un Niño: «Te agradezco, Jesús, por desear permanecer entre nosotros en el Santísimo Sacramento del Altar».

– Todos: «Te agradecemos, Señor».

– Un Niño: «Te agradezco, Jesús, por adorarnos tanto».

– Todos: «Te agradecemos, Señor».

– Un Niño: «Te agradezco, Jesús, porque desear morar entre nosotros».

– Todos: «Te agradecemos, Señor..»

Canción: Yo Te Adoro

Yo te amo a Ti, Señor.
Yo te amo a Ti, Señor.
Desde lo más hondo de mi corazón.
Te agradezco Señor.
Te agradezco Señor.
Desde lo más hondo de mi corazón.

Hemos sabido que oyes nuestra oración, por eso te rogamos por:

– Dos Niños:

«Roguemos por la Iglesia.
Que Jesús nos oriente y nos una en la armonía».

– Dos Niños:

«Roguemos por nuestro Santo Padre, el Papa Francisco.
Que Dios le de fuerzas para que siga orientando a la Iglesia».

– Dos Niños:

«Roguemos por nuestro curas.
Que el Señor les ayude a seguir leales a Jesús».

– Dos Niños:

«Roguemos por cada uno de los niños del planeta.
Que Dios les dé bendiciones y conserve puros de corazones».

– Dos Niños:

«Roguemos por nuestros familiares
Que Dios los ampare y los conserve unidos».

– Dos Niños:

«Roguemos por los que más necesitan.
Que Dios les de fuerzas y les ayude en lo que necesitan».

Ahora procedemos a realizar una comunión espiritual:

– Todos repiten:

«Yo desearía, Señor, recibirte, con aquella pureza, modestia y fervor con que tu recibes a tu Santísima Madre, con el espíritu y exaltación de los Santos”.

Canción: Ante Ti, Señor

Delante de Ti, Señor,
(Delante de Ti, Señor)
mi alma elevaré.
(mi alma elevaré) (bis).
Oh mi Señor,
Oh mi Señor, tengo confianza en Ti,
tengo confianza en Ti.
Yo te ensalzo, Señor.
Yo te amo, Señor.
Oh mi Señor.
Yo te ensalzo, Señor.
Yo te amo, Señor.
Oh mi Señor.
Reserva del Venerable.

– Un Niño: Plegaria a la Virgen

Virgen María: hoy no he llegado a implorarte nada;
hoy sólo he llegado a verte
y a expresarte que te quiero.
Tú adoras mucho a Dios,
por eso eres tan hermosas y tan pura.
Estás colmada de gracia.
Madre de todos los chiquillos,
yo quiero ser benévola, como Tú.
Me gusta poderte llamar Inmaculada,
engendrada sin pecado original.
Y no me da vergüenza expresar a todos que
Tú eres la Madre del Señor y Madre nuestra.
¡Y te encuentras viva! ¡con tu cuerpo y con tu alma! ¡allá arriba!
¡aguardándonos a todos! Virgen María… ¡eres tan bella!

Canción a la Virgen

Yo no he podido creer
y me ha costado comprender
que existan niños
que aún te ignoren.
Yo les he querido enseñar
tu mansedumbre y bondad,
exprésale Tú a todos
que eres su Madre.

No existen olas en la mar
Tan hermosas como tu mirada
Inmaculada Virgen.
Los niños arribarán
A tu lado al cielo
Sí te acompañan
De tu mano marchan.

Arrepentimiento

Acto de contrición: Yo he de confesar ante Dios omnipotente y ante ustedes hermanos, que he sido un pecador tanto de pensamiento como de palabra, de acción y omisión. Por culpa mía, por culpa mía, por mi gran culpa. Por eso imploro a Santa María, siempre Virgen, a los Ángeles, a los Santos y a ustedes, hermanos, que medien por mí ante Dios, Nuestro Señor.

Perdón

Mi Dios, no permitas que mi vida la oriente el odio, el resentimiento y los celos, únicamente el amor, únicamente el perdón, únicamente el perdón, únicamente el amor. (3 veces)

Agradecimiento

Te agradezco Señor, por adorarnos demasiado. Por ese amor que ocasionó que te dieras por nosotros. Te agradezco por encontrarte hoy aquí entre nosotros. Te agradecemos por todo la benevolencia que nos has otorgado, por sanar un poco más nuestros corazones. ¡Permanece con nosotros, hazte presente entre nuestra familia eternamente! Amén.

Bendición Final

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  ¡A los benditos Corazones de Jesús y de María. Respeto y Gloria!

Consideraciones

Lo más apropiado es llevar a cabo la hora santa en la Iglesia, ya que, obviamente, estamos allí ante la presencia misma del Señor en el Santísimo Sacramento, sumado a lo que es el ámbito natural para los rezos.

No obstante, sea cual sea el sitio de la oración, templo, capilla, al aire libre, o en el hogar, lo trascendental es crear el entorno propicio que esté colmado de serenidad, quietud, paz, de modo tal de posibilitarle al Señor que se dirija a nosotros, particularmente a quienes son parte de la hora santa para que así logren escuchar lo que Él quiere transmitirles.

De gran relevancia es esta práctica ya que guarda gran significancia para la existencia espiritual de todo cristiano que se inicia en el ceremonial eucarístico, por lo que es sugerido para todos quienes desean conocer mejor al Señor.

Entonces, cuando se efectúa la hora santa para niños de catequesis, es imprescindible hacerla con la intención de alcanzar la correcta atención y asimilación por parte de los chiquillos para que reconozcan su importancia y valor para su existencia espiritual venidera. Se recomienda hacer énfasis en la relevancia de mantener el silencio y consideración en los instantes en que la hora santa así lo requiera.

¿Qué actividades se realizan en la Hora Santa para niños de primera comunión? Eso es muy variable. Únicamente hay que dejar que el corazón se manifieste. La manifestación del amor no cuenta con una estructura formal, pese a que en la oración igualmente podría ayudar el hacer uso de la lectura de pasajes de las Sagradas Escrituras, plegarias devocionales ya redactadas, letanías, rosarios, viacrucis u otros rezos formales.

Todas estas clases de textos y plegarias pueden muy bien emplearse para alcanzar el paz interior que se busca. Evidentemente que siempre van a estar adaptados esos textos a la edad de los niños que son parte de la hora santa.

Tan pronto se alcance la comunicación con el Señor, se debe exigir a todos concentración para estar alertas a sus mensajes, a oírlo, sentirlo y mostrarle nuestro amor, admiración y consideración. Se ha de exhortar a los niños a sentir en su corazón las plegarias y abrirlo al Señor para permitir que fluyan los sentimientos.

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