La Oración de la Santa Cruz es una plegaria que se hace con el propósito de implorar favores a Jesucristo haciendo referencia a la cruz en la cual fue martirizado. La Oración a la Santa Cruz de Jesucristo es prodigiosa ya que muchos señalan que quien se atreva a leerla o la porte consigo no padecerá ningún daño, ni herida física. A continuación aprenderás mucho más sobre ella.
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Oración de la Santa Cruz
El que leyese o hiciese leer esta plegaria o la portase encima, no perecerá repentinamente no se asfixiara ni se quemará, no hay veneno que pueda dañarlo, no será presa de sus enemigos ni será derrotado en el campo de batalla. Al tener una mujer dolor de parto y leyese o hiciese leer esta plegaria o la portase encima será inmediatamente libre y será cariñosa madre. Y al nacer el niño le colocará esta oración al lado derecho y será protegido de todo mal.
Al ver por la calle a una persona afectada de algún mal, colócale está oración al lado derecho y se pondrá de pie con júbilo y gozo. Quien haga escribir esta plegaria sea para él o para alguien más, «Yo lo bendeciré» dice el Señor; y el que haga mofa o desprecie cumplirá penitencia. Al ser colocada esta plegaria dentro de una casa, será protegida de rayos y el que la leyese a diario, será advertido, antes de su muerte por alguna señal divina.
Oración Poderosa a la Santa Cruz
¡Oh Bendita Cruz! Madero Precioso en el cual pereció mi Señor para otorgarme perenne luz y liberarme del oponente, ante ti me inclino y con reverencia ruego a mi Señor Jesucristo que, por los sufrimientos que sobre ti obtuvo en su Santísima Pasión, me otorgue los bienes espirituales y corporales que me sean de mi conveniencia.
Empinada ante el mundo, eres señal brillante que reúnes a tu derredor a la cristiana feligresía para cantar himnos de Gloria al Cristo Rey, al Dios Hombre que aún habiendo creado todo, posibilitó ser crucificado sobre Ti para la salvación de la especie humana. Sobre ti tuvo lugar el sorprendente enigma de la salvación del mundo, a partir del cual libra al cristiano del pecado original, puede denominarse Hijo de Dios Eterno y pretender a la gloria divina.
Venerable seas! por los siglos de los siglos, te convertiste entre los infieles en señal de valor y ofensa y hoy eres símbolo del cristiano y promesa para ser absuelto por el excelso sacrificio de mi Señor Jesucristo, a quien aguardamos servir y respetar a perpetuidad. Amén.
¡Santa Cruz de mi Jesús, que murió para otorgarnos luz, yo te muestro mi devoción, oh hermosa y Santa Cruz!. El sendero que nos indiques en el mundo proseguiremos, que a la Cruz siempre estrechados con su signo venceremos. A tus pies hoy me hallo, mi Divino Redentor. Provoca que con su santa serenidad, carguen en el mundo mi Cruz.
Oh Dios Todopoderoso que padeciste en la Cruz la muerte, para salvarnos de nuestras faltas, oh Santa Cruz de Jesucristo, sé mi genuina luz, oh Santa Cruz de Jesucristo, se piadoso conmigo, oh Santa Cruz de Jesucristo, sé mi ilusión, oh Santa Cruz de Jesucristo, aparta de mí todo miedo a la muerte.
Oh Santa Cruz de Jesucristo, esparce en mi alma la benevolencia, oh Santa Cruz de Jesucristo, aparta de mí toda maldad, oh Santa Cruz de Jesucristo, permíteme ingresar al camino de la redención, oh Santa Cruz de Jesucristo, protégeme de todos los accidentes, pasajeros y del cuerpo para que pueda venerarte siempre, así como a Jesús Nazareno a quién ruego para que sea piadoso conmigo. Provoca que el espíritu malévolo visible o invisible se aparte de mí por todos los siglos de los siglos. Amén.
En respeto de la hermosa Sangre de Jesucristo y de su dolorosa muerte, en respeto de su Resurrección y de su Encarnación Divina, mediante la cual puede llevarnos, a la vida perpetua
Que así como es verdad que Jesucristo vino al mundo en Navidad, que fue martirizado en Viernes Santo, que José y Nicodemus bajaron a Jesucristo de la Cruz y que Jesucristo ascendió al cielo, que así se sirva liberarme de los ataques de mis adversarios, tanto visibles como invisibles a partir de hoy y por los siglos de los siglos. Amén.
Dios Omnipotente, entre tus manos ofrezco mi alma, Jesús, María, José, Ana y Joaquín. Jesús mío, por la aflicción que padeciste por mí en la Santa Cruz, primordialmente cuando Tu Alma tan bendita se apartó de Tu Cuerpo, se piadoso con mi alma cuando se aleje de este mundo.
¡Oh Jesús! otórgame el valor requerido para tolerar mi cruz idéntica a la Tuya, muéstrame como llevar con serenidad todos los padecimientos, que mi miedo a ellos se transforme en virtud.
Que el Todopoder del Padre se sirva de cubrirme con la erudición del Espíritu Santo. Sírvete recibirme y llevar mi alma a la vida eterna. Amén.
Oración de la Santa Cruz Católica
“Que Dios te socorra, Santa Cruz, en la cual Cristo fue crucificado y en la cual yo estoy arrepentido de mi vida de pecados, en la cual se me bendice con la señal de la cruz» (para realizar la señal de la cruz).
Santa y Sagrada Cruz en la cual Cristo fue martirizado, protégeme y resguárdame de los pecados mortales, de las presas de los animales, de las saetas de los indios, de los naufragios y de las calenturas, del poder del demonio, del infierno, del fuego del purgatorio y del poder de mis rivales corpóreos y espirituales.
Libérame, Santa Cruz, de las batallas y de morir con violencia, de las pestes, de las aflicciones y humillaciones, de los percances y tormentos, de los padecimientos físicos y espirituales, de todas las dolencias y tribulaciones y tormentos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (para realizar nuevamente la señal de la Cruz).
Ampárame, Santa Cruz, en la Hostia santa y bendita, en la copa consagrada, en el túnica de la virgen y en el sudario de Cristo, para que no haya rayo o veneno que me lastime, ni aparato o animal que me hiera, ni mirada que me afecte o me dañe, ni hierro o acero, ni bala alguna que corte mi carne.
Santa Cruz, en la cual Cristo fue crucificado y en la cual su bendita sangre corrió, por la última lágrima de sus ojos, por el último aliento de su boca, que todas mis faltas y crímenes sean absueltos y que no haya brazo que me limite, ni me amarre, ni me frene el hierro.
Toda herida en mi cuerpo será curada por la potestad de la sangre de Cristo vertida en ti, Santa Cruz. Cualquiera sea el mal que se me aproxime será crucificado en ti, al igual que lo fue Cristo. Toda la maldad contra mí será sepultada a tus pies.
Estoy dichoso, Santa Cruz, por el poder de Jesucristo, para que pueda ser defendido contra todo poder y el poder de la ley me acompañe. Para que me redima de la muerte y de la desdicha, para que las prisiones no me retengan, y para que la fortuna sea mi compañera.
En ti en Cristo y en la gloria del Padre, andaré y me redimiré, se me buscará, pero no seré encontrado, seré capturado, pero no resultaré herido, seré acosado, pero no seré atrapado.
Cuando trates de buscarme en la tierra, me encontraré en el aire. Cuando me busquen en el aire, me ocultaré en el agua. Cuando busquen de mí bajo las aguas, me templaré en las llamas sagrada de la Santa Cruz, en la Gloria de Dios Padre Omnipotente, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
Oración de la Santa Cruz de Jerusalén
Dios Omnipotente, que has sufrido en el árbol de la cruz, y sobre todo por mis pecados. Quédate conmigo, Santa Cruz de Jesús.
Se mi refugio, Santa Cruz de Jesús. Se piadoso conmigo, Santa Cruz de Jesús. Aleja toda tristeza amarga, Santa Cruz de Jesús.
Dispón en mi todo tipo de bienes, Santa Cruz de Jesús. Aleja de mí toda maldad, Santa Cruz de Jesús.
Permíteme que yo prevenga el sendero de la Redención, Santa Cruz de Jesús. Aleja de mí todo riesgo de perecer, Santa Cruz de Jesús. Protégeme de todo riesgo corporal y desgracia temporal, Santa Cruz de Jesús.
Amo por la eternidad la Santa Cruz de Jesús, Jesús Nazareno crucificado, se piadoso conmigo y has que el mal espíritu se aparte de mí a perpetuidad, por todos los siglos. Amén.
Propósito de la Oración a la Santa Cruz
¿Para qué sirve rezar una plegaria si desconocemos su utilidad? Es de importancia saber sus beneficios y conocer lo que estamos solicitando, de lo contrario es evidente que no obtendremos el auxilio Divino, ¿no creen?
La finalidad primordial de la oración de la Santa Cruz es la absolución de los pecados. Pero se puede lograr mucho más que eso. Numerosas personas rezan para que se les proteja de morir, es decir, para que no perezcan por algún motivo no natural y para que su prevención se pueda lograr fácilmente.
Adicionalmente, te defenderá de toda violencia, de inconvenientes entre amistades y familiares, y de todas las diferencias que puedan emerger. Te liberará del dolor, del padecimiento e inclusive de las guerras que puedan originarse. Con la plegaria de la Santa Cruz todas tus faltas serán curadas por Cristo y apropiadamente perdonadas. Esta es una plegaria poderosa ya que te amparará de todos los males.
Igualmente les mostrará el camino de Dios, les dará lecciones de cómo pertenecer a su rebaño puro, auténtico y perdurablemente feliz. Por medio de esta oración estarás implorando a Dios por Su ayuda, para que El pueda orientarte a la luz.
Origen de la Oración de la Santa Cruz
De acuerdo al relato de numerosas personas, el origen de esta oración data del siglo XV, fecha en la cual el emperador Carlos I de Francia halló la plegaria al lado de la sepultura de Jesús en Jerusalén, y más adelante, en unión a su ejército, la remitió a la región de San Félix en Francia para que fuese enviada luego al Papa.
Otros estudiosos han planteado que la oración hizo su aparición junto a la cruz el 3 de mayo de 292, al ser hallada por Elena de Constantinopla (Santa Elena) esposa del emperador Constancio Cloro en el sitio en el cual fue crucificado Jesucristo. Aquella exigió que fuera demolido el templo que fue construido allí, y era empleado para efectuar ceremonias a los dioses romanos.
Posteriormente a ello no se tuvieron noticias de la oración y la cruz, las cuales fueron luego llevadas a manos de las autoridades cristianas, y no fue sino en el año 1509, que fueron reveladas por el emperador Carlos II. En aquel tiempo se divulgaba que la oración de la Santa Cruz protegía a los soldados que la llevaban, impidiendo que fuesen apresados por sus enemigos.
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